En profundidad. El funcionario defiende el rumbo en una etapa crucial

Aníbal Fernández: "No hacemos planteos rimbombantes"

El ministro del Interior sustentó la posición del presidente Kirchner. Y elogió la gestión de Obeid

Javier Felcaro / La Capital

"Los gobiernos se hacen de cal y de arena, y los gobernantes tienen que saber tomar decisiones como corresponde". El ministro del Interior, Aníbal Fernández, defendió ayer el rumbo que el presidente Néstor Kirchner fijó para la etapa clave por la que está transitando su administración, con la cuestión de la deuda instalada con fuerza en la agenda política.

Consultado por La Capital, Fernández, quien ya se lanzó para la puja por Buenos Aires, no descartó que el jefe del Estado pueda participar "en la conformación de políticas" en los dominios de su antecesor: Eduardo Duhalde. Y tuvo tiempo para elogiar a su "amigo" Jorge Obeid, quien -aseguró- "está haciendo las cosas muy bien" en Santa Fe.

-Kirchner se muestra como un negociador más duro de lo esperado, pero también se sostiene que debería evitar ciertas definiciones tajantes que podrían acarrear un alto costo político.

-No son planteos rimbombantes. Kirchner trata de llamar la atención en muchas cosas que el FMI es consciente de que él tiene razón. Cuando estaba culminando el gobierno de Carlos Menem, lo llevaron para exhibirlo como modelo y ya venían produciéndose desmanes propios de la convertibilidad que tendrían que haberse reparado, y nunca lo advirtieron. Esto no es un problema de gritarse o insultarse. También pasa por contarle a la sociedad, que no participó de la discusión, para que sepa por qué a veces el presidente adopta posiciones muy firmes.

-Hoy el gobierno transita una etapa crucial.

-Vamos a actuar como siempre lo hicimos. Ahora tiene que revisarse la segunda etapa del acuerdo. Una vez cumplido esto y que Horst Köhler diga que está listo, entonces el país va a pagar, que es lo que siempre hizo. Con respecto a los bonistas, la idea es plantarse en la misma postura. Sí pueden haber otros matices. Cualquier acción opuesta a ello conspira contra dos ejes definidos por el presidente: morigerar la pobreza y consolidar el crecimiento.

-¿Hay que privilegiar la situación puertas adentro o ceder popularidad para no quedar despegados del mundo?

-No, los gobiernos se hacen de cal y de arena, y los gobernantes tienen que saber tomar decisiones como corresponde. La crisis de fines de 2001 provocó un gran desequilibrio y hay que recomponer muchas cosas en el momento oportuno y sin que sean siempre los mismos los que tengan que pagar los costos.

-En los últimos días las presiones se sintieron hasta con hipótesis de renuncias.

-Respondí con algo que después nadie me rebatió: que era más probable que yo jugara de 9 en Boca Juniors que el presidente pudiera renunciar. Es más, creo que cada día estoy más cerca de jugar en Boca.

-Hay duhaldistas que siguen sospechando que Kirchner podría meter mano en la conducción del justicialismo bonaerense.

-Si lo quisiera, podría ser el presidente del PJ a nivel nacional y nadie le diría que no. Pero él ya adelantó que no tiene ningún interés. Desde el punto de vista provincial (Buenos Aires), no participará en la conformación del partido porque no es una necesidad. No creo que sea de mucha importancia para él. Sí puede participar en la conformación de políticas.

-Usted ya se anotó en la carrera por Buenos Aires. En lo inmediato, ¿quién se perfila mejor como rival suyo: Chiche Duhalde o Cristina Fernández?

-Yo no me ocupo de eso porque tengo que hablar de personas que ni siquiera se han manifestado. Lo que tenía que decir ya lo dije. No necesito pegar afiches ni pintar paredes. Trabajo de ministro del Interior, y mi mejor campaña será mi mejor gestión.

-¿Cómo evalúa a la administración de Obeid, que en dos meses sufrió algunos sacudones como el ataque a la Casa Gris?

-Son grupos que tienen alguna vocación distinta a la de reclamar, y no se resuelve nada por esa vía. Obeid es un hombre de muchísima experiencia y en sus dos meses de gestión tomó un montón de iniciativas que, seguramente, repercutirán en políticas en Santa Fe. Yo no soy quién para evaluar la gestión del gobernador, pero si tengo que decir lo que siento, porque soy amigo personal, creo que está haciendo muy bien las cosas.

"Los gobiernos se hacen de cal y arena".