No tuvo una buena tarde y perdió 2 a 0 ante Sarmiento de Junín

Central Córdoba funcionó a oscuras

Los charrúas manejaron mejor la pelota pero carecieron de claridad. Petrovelli erró un penal cuando estaban igualados

Elbio Evangeliste / La Capital

Dos llegadas de Sarmiento al arco de Cancelarich: dos goles. Ciento por ciento de efectividad. Sólo con eso a los juninenses les alcanzó para dejar a Central Córdoba con las manos vacías. Las distracciones en el fondo charrúa existieron, pero sería un error recargar las tintas en ese aspecto. Es que a lo largo de los 90 minutos el equipo de Lito Isabella marchó agarradito de la mano de un juego opaco, sin brillo, que le permitió llegar con tranquilidad hasta tres cuartos de cancha, pero que lo obnubiló en los metros finales. Precisamente donde más claridad y lucidez hace falta.

Claro dominio de la pelota durante todo el partido, buen toque y precisión hasta cierto punto del campo de juego. Muy poquito para doblegar a un Sarmiento que también mostró serias dificultades para generar peligro. La prueba está en que los disparos de Petrovelli y Sablich desde afuera del área que se fueron arriba fueron las únicas jugadas de riesgo en el primer tiempo. Claro que todo pudo haber cambiado si el propio Petrovelli convertía el inexistente penal que cobró Zechiello luego de que la pelota diera claramente en el pecho del defensor juninense.

Recién Córdoba pudo encontrar algo más de profundidad luego de que en el entretiempo Isabella mandara a la cancha al potente Armani. Por esa vía los charrúas fueron alimentando el sueño de meter su primer triunfo en el torneo. Y a decir verdad se ilusionaron con poco. Apenas con un remate de Silvio Díaz que murió mansamente en las manos de Campodónico y con una diagonal y posterior disparo de zurda de Armani con idéntico desenlace.

Es que después de eso llegaron las estocadas de Sarmiento. Mazzuco envió un centro al segundo palo y mientras los defensores y Cancelarich observaban la trayectoria de la pelota por el segundo palo entró solo Massuero para meter una volea y gritar el primero.

¿Era posible remontarlo? Seguro. Todavía había tiempo. Pero Sarmiento no se le dio para asimilar el golpe porque segundos más tarde Ferradas habilitó a Mazzuco y el ex Estudiantes, luego de dejar en el camino a Cancelarich, definió suave de zurda.

¿Era posible remontarlo? Ya no. Pese a los casi 20 minutos de juego que quedaban por transitar. Es que ese gol no hizo otra cosa que bajarle por completo los brazos al charrúa. Es más, para lo único que quedó tiempo es para que Córdoba exhibiera aún una mayor apatía.

Ya con muchos hombres en ataque, pero especialmente con escasas ideas en el traslado, Córdoba siguió intentando. Claro, sin inquietar demasiado. Tan sólo una arremetida de Vella por derecha para que nuevamente Campodónico se luciera renovó las expectativas.

Si el resultado final hubiese sido empate la nota tampoco se hubiera movido de la columna de los aplazos. Porque Córdoba dio sólo una parte de la lección. Y si la idea es pelear arriba habrá que despojarse de esa imagen de equipo opaco, sin luces. Ni más ni menos que lo que mostró ayer.

Pignatta intenta sortear la marca de Zavaleta pero no lo consigue.