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 domingo, 15 de febrero de 2004

Lula afronta la peor crisis política desde que asumió
Un hombre del riñón del PT pidió coimas a capos del juego clandestino. José Dircéu, en vilo

Ricardo Soca

Brasilia. - En medio de un clima extremadamente tenso tras la destitución de un alto funcionario del palacio presidencial del Planalto, la mayoría de los analistas brasileños prevén el estallido de una crisis política de alcances imprevisibles en el gobierno de Brasil.

El presidente Lula da Silva separó el viernes de su cargo al subjefe de Asuntos Parlamentarios de la Presidencia, Waldomiro Diniz, después de que la revista Epoca publicara un reportaje en el que se prueba que mantuvo negociaciones con la mafia del juego clandestino para financiar campañas políticas del oficialista Partido de los Trabajadores (PT).

El senador del opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) Antero Paes de Barros entregó a la revista una cinta de video en la que Diniz pide a un "banquero" del juego clandestino una contribución financiera para campañas electorales del PT en los comicios de 2002, cuando era presidente de la Lotería del Estado de Río de Janeiro.

Lula no ocultó su indignación al enterarse del episodio que sacude los cimientos de su gobierno, puesto que Diniz era una persona estrechamente vinculada al poderoso ministro jefe de la Casa Civil de la Presidencia, José Dircéu, con quien en el pasado compartió incluso un departamento en Brasilia.

Paes de Barros calificó el caso como "gravísimo" y exigió la destitución "inmediata" de Dircéu como superior inmediato de Diniz. "O el presidente Lula destituye al ministro o su gobierno termina aquí", dijo al presentar una solicitud de formación de una comisión parlamentaria de investigación.

El columnista de O Globo Merval Pereira señala que el "todopoderoso Dircéu está hoy en el ojo del huracán de una crisis política de consecuencias imprevisibles", mientras que la analista del Jornal do Brasil Dora Kramer destacó que la proximidad de Diniz con Dircéu impide "alegar una distancia inexistente entre ambos".

El jueves por la noche, antes de la publicación de la revista, Diniz comentó con un amigo: "La conversación grabada es embarazosa; he caído en una trampa que me tendieron para alcanzar al gobierno".

Aunque nada indica que Dircéu pueda estar vinculado al episodio, varios legisladores de oposición exigieron la renuncia del ministro, considerado el hombre más poderoso del gabinete y el más cercano al presidente Lula.

El ministro de Justicia, Marcio Thomaz Bastos, informó: "La policía federal va a delimitar el ámbito de la investigación, pero mi pedido al doctor Paulo Lacerda (jefe de policía) fue que la investigación fuera lo más amplia posible y que identificara todas las derivaciones de este episodio".

El ministro solicitó asimismo al fiscal general de la República, Claudio Fonteles, que designara a un representante del ministerio público para seguir de cerca la investigación.

El ministro de Coordinación Política, Aldo Rebelo, del Partido Comunista, aseguró que si el Parlamento quiere hacer una investigación paralela "no cabe al gobierno implicarse en el caso para impedirla". Dirigentes de partidos aliados al gobierno concuerdan en señalar la gravedad del episodio, pero prevén que no tendrá grandes repercusiones si la investigación es llevada hasta el final y si todo resulta aclarado, como señaló el senador ex comunista Roberto Freire, hoy miembro del Partido Progresista Social. (DPA)

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Lula y su jefe de Gabinete, José Dircéu.

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