| domingo, 15 de febrero de 2004 | Cine/Crítica "Corazones abiertos": Amor audaz y sin ceguera Rodolfo Bella / La Capital (***) El dogma creado por los daneses permitió que surja un tipo de cine que dio muy buenos productos, más cercanos al intimismo que a la espectacularidad, y con una estética singular que cada creador acentúa con aportes personales y transgresiones. Susanne Bier jugueteó con los promocionados mandamientos daneses y se ciñó a esos postulados esenciales, pero se alejó a discreción cuando lo consideró necesario, para rodar "Corazones abiertos", un título anodino que el filme no merecía. Bier narra una anécdota simple y en algún punto cercana a "Contra viento y marea", de Lars von Trier: una pareja feliz a punto de casarse entra en crisis cuando un accidente deja al hombre postrado y parapléjico. El planteo inicial toma un rumbo diferente a aquel referente cuando la heroína decir de no sacrificar su vida por amor, sino jugar su propia carta en una complicada relación con el médico que asiste a su novio. Al margen de los aspectos estéticos, Bier sorprende con el tratamiento de los personajes femeninos con contradicciones y una profundidad poco frecuente.
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