| sábado, 14 de febrero de 2004 | Nuestros menores Al igual que millones de argentinos honestos, estoy cansado de nuestros funcionarios que no solo se llenan los bolsillos a costa de nuestro hambre y sacrificio, sino que también salen a reconocer errores y fracasos con sonrisas y rostros orgullosos. Puntualmente, me refiero a la nota publicada por La Capital el miércoles 4 de febrero en la página 6, bajo el título "Hay chicos delincuentes que no tienen posibilidad de recuperarse". Al leer el título y ver la foto, exploté en ira, ya que posa con una amplia sonrisa como si hubiera aportado soluciones a este grave problema. En primer lugar, si la señora Sandoz cree que los chicos delincuentes no tienen posibilidad de recuperarse, quisiera saber cuáles son sus objetivos y expectativas como titular de la Dirección Provincial del Menor. Es muy fácil culpar a la familia, a la escuela o a la comunidad, delegando culpas. Pero surge de la nota que desde su lugar no ha hecho grandes aportes. Expresa que en el año 2001 el 6 % de los homicidios eran cometidos por menores, y hoy esa cifra trepa al
12 %. ¿Creerá esta señora que son cifras halagadoras, mérito de su gestión? ¿Pensará que las políticas que se han empleado en estos años son satisfactorias? Al igual que la mayoría de los rosarinos que vivimos día a día el grave problema, creo que no. Finalmente, quiero decir que el "único mérito" en los últimos años de esa Dirección Provincial fue remodelar la vieja comisaría del menor para seguir amontonando niños de 12 a 15 años, en lugar de invertir el enorme presupuesto que la provincia destina a la minoridad en prevención y crear institutos especializados con personal idóneo y en condiciones laborales acordes a la ley. Actualmente, el 95 % del personal de la Dirección Provincial del Menor está en negro sin aportes jubilatorios ni obra social, a pesar de tener hasta 10 años de antigüedad.
Julio Alberto
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