Silobolsa, una herramienta para salir de apuros

Durante los últimos años se desarrolló y expandió una nueva tecnología de almacenamiento de granos: las bolsas plásticas, más conocidas como silobolsas. Este sistema resultó muy eficaz y fue bien aceptado por los empresarios rurales especialmente tras la incertidumbre financiera de los últimos años.

El silobolsa brinda una gran utilidad al productor y fue utilizado oportunamente ante diversas adversidades climáticas como el exceso de lluvias y el mal estado de los caminos, que imposibilitaban la salida de la producción hacia los acopios o puertos, permitiendo a los hombres de campo conservar los granos en condición óptima, a la espera de la transitabilidad.

Además, una menor demanda de transporte de granos en plena cosecha también le permite al productor negociar mejor la tarifa; y la reserva del grano en el campo incentiva la puja de precios por parte de los compradores, como es el caso de los exportadores, para hacerse de la mercadería.

La evolución en las ventas de las bolsas plásticas y de la maquinaria adecuada para el embolsado y la extracción de los granos, marca una tendencia creciente muy relevante y una velocidad de adaptación de esta tecnología de almacenaje muy alta, por parte de las empresas rurales.


Los números
Entre 1998 y 2001, la venta de bolsas plásticas para este fin se estimaron en 18 mil; durante el 2002/03 las mismas alcanzaron la cantidad de 50 mil unidades y para el 2003/04 se estima que el mercado demandará cerca de 70 mil bolsas, es decir un 40% más que el año precedente, lo que supone una inversión de 23,1 millones de dólares en bolsas. Así lo remarca un trabajo de la Sociedad Rural Argentina sobre el almacenaje de granos publicado recientemente.

La entidad estima que durante 2002/03 el almacenaje en chacra con este sistema llegó a superar las 10 millones de toneladas y que durante el 2003/04 esta cifra podría ascender a más de 14 millones de toneladas.

El costo de embolsado y extracción de los granos rondaría los 2,49 dólares por tonelada actualmente, lo que significaría que las empresas agropecuarias están destinando unos 34,8 millones de dólares para conservar los granos bajo esta tecnología, sin considerar la inversión en la maquina embolsadora que se estima en los cinco mil dólares por unidad.

En cuanto a la venta de las embolsadoras para grano seco, durante el 2002 se estiman en dos mil unidades. De esta manera, la SRA estima que la inversión en maquinaria para embolsar alcanza los 10 millones de dólares y en maquinas extractoras alrededor de 7,7 millones de dólares, en el 2003.

Si se tiene en cuenta la compra de las bolsas, la máquina embolsadora y la extractora, las empresas rurales estarían invirtiendo cerca de 40,8 millones de dólares en el presente año, cifra que podrá incrementarse si se mantiene la creciente demanda.