La policía haitiana recuperó tres poblados en manos de los rebeldes

La insurrección provocó por lo menos 42 muertos. Se desconoce quién controla varias ciudades

Puerto Príncipe. - Milicias progubernamentales contraatacaron a las fuerzas opositoras al presidente de Haití, Jean-Bertrand Aristide, y recuperaron ayer por lo menos tres de las ciudades en poder de los rebeldes. La insurrección dejó hasta el momento 42 muertos. Sin embargo, no estaba claro aún quién controlaba varias localidades importantes en provincias del interior del país seis días después de que grupos armados iniciaron una ofensiva contra el gobierno que se convirtió en la mayor amenaza contra Aristide en varios meses de protestas callejeras en su contra.

Las casas de varios dirigentes de la oposición en el norte del país fueron quemadas y algunos de ellos fueron baleados, arrestados o desaparecidos, según informaron radios haitianas. Grupos opositores armados habían capturado o atacado al menos siete pueblos y ciudades de Haití. Pero las fuerzas leales al gobierno recapturaron el puerto de Saint-Marc, al norte de Puerto Príncipe, y controlaron la ciudad de Grand Goave, al sudoeste de la capital haitiana, según una radio local. Saint-Marc es un punto estratégico entre Puerto Príncipe y la ciudad de Gonaives, donde el jueves se inició la rebelión armada.

El reporte sobre Grand Goave, que fue abandonada por un pequeño destacamento policial el fin de semana, no pudo ser confirmado. Hubo también un informe sin confirmar de que la ciudad de Dondon, brevemente controlada el lunes por hombres armados, había vuelto al control gubernamental. La radio haitiana, fuente primaria de información en este país caribeño de ocho millones de habitantes, cuya mayoría es analfabeta, a veces no es fiable.

Media docena de otras ciudad, incluida la cuarta en importancia, Gonaives, parecían haber quedado en manos rebeldes. Pero los éxitos policiales, tras cinco días de retrocesos, contribuirían a mejorar la moral del cuerpo de seguridad. El primer ministro haitiano, Yvon Neptune, comentó que la policía por sí sola, integrada por unos 5.000 agentes, no podía restaurar el orden en el país y que era necesaria la colaboración de la población civil.

Haití, el país más pobre del hemisferio, no tiene ejército y la policía está integrada por efectivos mal armados y con escaso entrenamiento. Los militares fueron desbandados bajo supervisión internacional cuando Aristide fue restaurado en el poder en 1994, tras una invasión encabezada por Estados Unidos. El ex sacerdote católico había sido depuesto en un golpe de Estado sangriento tras llegar al poder en 1991 como primer presidente del país elegido democráticamente.

"La misión de la fuerza de policía no es declarar la guerra o combatir en la guerra. No pretendemos que la fuerza de policía tenga por sí sola la capacidad de combatir a un grupo de terroristas que poseen moderno armamento pesado", explicó Neptune. "Pero lo que sí sabemos es que con la ayuda de la población civil, que se opone al terrorismo, la Fuerza Nacional de Policía y el gobierno hallarán las vías para exterminar a los terroristas", agregó.

Aristide fue reelegido en el 2000, pero su una vez abrumadora popularidad se desvaneció desde que las elecciones legislativas de ese año fueron denunciadas como irregulares. El presidente ha enfrentado crecientes protestas de opositores que le atribuyen actos de corrupción y violencia política. Las tensiones se agudizaron la semana pasada, cuando un grupo armado atacó la estación de policía de Gonaives -cuna de la independencia del país hace 200 años- y tomó la ciudad, de unos 200.000 habitantes. (Reuters y AFP)

Rebeldes intentan volcar un móvil policial en Gonaives.