Año CXXXVII Nº 48295
La Ciudad
Política
Economía
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Salud
Autos
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 08/02
Mujer 08/02
Economía 08/02
Señales 08/02
Educación 07/02
Campo 07/02


contacto

servicios

Institucional

 miércoles, 11 de febrero de 2004

Arduo rescate de los restos del Graf Spee
La segunda jornada de trabajos también fue afectada por el viento y no se pudo subir una pieza de la nave

Los equipos que intentan recuperar los restos del acorazado alemán Graf Spee, hundido en 1939 frente a las costas de Montevideo, procuraban adoptar un nuevo sistema para intentar reflotar el telémetro del barco, luego de que los fuertes vientos hicieron fracasar el lunes las maniobras. El aparato pesa unas 27 toneladas. Los telémetros eran usados en la guerra naval para hacer la puntería de los cañones de a bordo.

Alberto Braida, uno de los expertos que trabaja en el rescate del acorazado, dijo que los buzos trabajarán para que los cables de acero que sujetan el telémetro queden dispuestos sobre una plataforma y no sumergidos bajo el agua, como se hizo el lunes, cuando los cables se cortaron.

Agregó que esas maniobras "no van a ser la limitante", y estimó que el problema es que no es posible utilizar la grúa que debe enganchar los cables para extraer la pieza debido a los fuertes vientos registrados en el Río de la Plata. "Habrá que esperar a la noche, cuando se confirme cómo estarán los vientos. Apenas mejoren las condiciones del clima se procederá a rescatar el telémetro", pronosticó Braida, pero a la vez descartó que la operación pudiera realizarse ayer.

El telémetro, ubicado el tope del mástil principal de la nave, permitía apuntar los cañones del acorazado. Los telémetros navales alemanes de las dos guerras mundiales son considerados los mejores de su tiempo, y los oficiales de artillería a su cargo, que pasaban las coordenadas de tiro a los jefes de cada torre, también gozaban de enorme prestigio entre sus colegas extranjeros. Así, el Spee, que como su gemelo Scheer y los cruceros de batalla Scharhornst y Gneisenau, poseía piezas de 280 mm de calibre. Su alcance y penetración, sin embargo, las equiparaban a las de calibre superior que de muchos de los acorazados aliados.

El lunes frustraron el rescate las dificultades para mantener en posición la grúa, que debía enganchar los cables bajo el agua, a raíz de los vientos y las corrientes en la bahía de Montevideo. De hecho los cables se cortaron en tres oportunidades. El periodismo presenció los frustrados intentos desde dos embarcaciones.

La recuperación del telémetro, que pesa unas 27 toneladas, es la primera fase de un proyecto de largo plazo para rescatar todo el acorazado, hundido en la llamada Batalla del Río de la Plata el 13 de diciembre de 1939.

En ese combate el acorazado "de bolsillo" se enfrentó a tres cruceros británicos. Luego de horas de duro combate, la superioridad numérica británica se impuso y el comandante del Graf Spee, el capitán Hans Langdorff, optó por entrar en el puerto neutral de Montevideo. Durante la batalla el Spee dañó a sus tres adversarios, provocándoles más de 160 bajas. Uno de ellos, el crucero pesado Exeter, debió retirarse hacia las Malvinas. El Spee tuvo 37 bajas y daños de relativa importancia.

Pero al norte del Río de la Plata se había reunido otra flota británica que incluía a un acorazado y un portaaviones, por lo que la suerte del buque alemán estaba sellada. Langdorff hundió su nave en el Río de la Plata el 17 de diciembre de 1939 y poco después se suicidó en Buenos Aires. Centenares de los tripulantes del buque se afincaron en Argentina y Uruguay.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
Imagen digital en base al sonar del barco en el lecho del río.

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados