| domingo, 08 de febrero de 2004 | Río Negro: Desde el faro más antiguo Expedición por los acantilados del Mar Argentino, donde los lobos marinos dominan el paisaje Un recorrido de 65 kilómetros por la costa rionegrina, que incluye la reserva de lobos marinos más importante del país, el centenario Faro de Río Negro, imponentes acantilados y playas de arena fina y cristalinas aguas, se ofrece como una de los atractivos de la temporada en la Patagonia argentina.
El itinerario parte de la capital provincial, Viedma, desde donde, tras recorrer 32 kilómetros hacia el sur por la ruta provincial 1, se arriba al Faro de Río Negro, el más antiguo de la Patagonia.
La construcción, que data de 1887 y que aún se encuentra en funcionamiento, está conformada por una blanca torre de 16,5 metros de alto que se yergue sobre un acantilado que se eleva 27 metros por sobre el nivel del mar.
Desde lo alto del faro, inaugurado un 25 de mayo, se divisa claramente el estuario del Río Negro y se puede disfrutar de una magnífica panorámica de la villa marítima El Condor y sus extensas playas.
A unos 600 metros de la estructura se encuentra el acceso a las Playas del Faro, balneario muy concurrido con servicio de guardavida, bar y restaurante, donde se puede descender en auto hasta muy cerca del mar.
El recorrido continúa hacia el oeste por la ruta pavimentada que bordea la costa en lo que constituye el inicio del Golfo San Matías, que recorre altos acantilados como si se tratara de un balcón marítimo.
Después de unos 16 kilómetros de marcha se alcanza un sitio conocido como El Espigón, donde también puede descenderse con los vehículos hasta casi tocar el mar.
El mencionado espigón es una mesada natural de piedra que no llega a taparse con la marea alta y es muy utilizado por los pescadores de la zona para la captura de pejerreyes, pescadillas y cazones.
Balneario La Lobería Otros 11 kilómetros más hacia el oeste se arriba al balneario La Lobería, donde después de dejar el vehículo sobre el acantilado se puede acceder al mar por medio de una rampa pavimentada de cien metros de largo y pronunciada pendiente. Quienes no puedan trasladarse con facilidad o quieran ahorrar el esfuerzo pueden descender a través de un carrito eléctrico sobre rieles, servicio del que se dispone por 75 centavos por persona.
Cuando la marea está alta la rompiente de las olas sobre una playa de finísimo canto rodado es la delicia para quienes gustan del mar impetuoso, en especial de los chicos con sus tablas barrenadoras. Cuando la marea se retira quedan al descubierto curiosos piletones redondos de hasta 20 metros de ancho y no más de metro y medio de profundidad llenos de agua salada, donde grandes y chicos practican natación o buceo con snorkel, bajo la atenta vigilancia de los guardavidas. El recorrido continúa tres kilómetros sobre un camino consolidado de ripio en muy buen estado de conservación, a través del cual se alcanza Punta Bermeja, donde se encuentra el plato fuerte del paseo: la reserva de lobos marinos más numerosa de la costa argentina.
Desde una serie de pasarelas se recorre el acantilado y se puede observar la colonia de tres mil ejemplares adultos y más un millar de crías paridas en el transcurso del mes de enero.
Los guardafaunas de la Fundación Barrera Zoofitosanitaria Patagónica (Funbapa) cobran un arancel de tres pesos por turista nacional y cinco para los extranjeros para una completa explicación sobre las características de estos simpáticos animales.
Además, en una galería contigua, están la osamenta completa de una ballena "minke", especie muy poco común en las aguas costeras; ejemplares embalsamados de lobos marinos y otras variedades de la fauna autóctona. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El centenario faro de Río Negro, el más antiguo de la Patagonia. | | |