Editorial

Trascendente licitación

La crisis que hizo eclosión en diciembre del 2001 dejó millones de damnificados y dio una señal contundente de que un modelo económico había finalizado. El cierre del ciclo marcado por la convertibilidad devastó a todo un país y causó heridas profundas en el sistema financiero, que pese a la notoria recuperación experimentada en los últimos tiempos aún distan de estar cerradas.

La virtual incautación de los depósitos practicada entonces provocó, en efecto, lógica indignación y un justificado auge de la desconfianza entre los ahorristas, con el consecuente deterioro para las entidades crediticias. En ese crítico momento fue que el grupo francés Credit Agricole tomó la inesperada e intempestiva decisión de desligarse de los bancos que controlaba. Y si bien esta historia ya pertenece al pasado, la apertura de la licitación para iniciar un nuevo proceso de venta de las acciones del Nuevo Banco Suquía, el Nuevo Banco Bisel y el Nuevo Banco de Entre Ríos (Bersa) se relaciona con ese aciago período y con la impostergable necesidad de reformar el sistema para adecuarlo a los tiempos que corren.

El directorio del Banco Nación -que asumió oportunamente el control de las tres instituciones- ya aprobó las pautas y dio así el disparo de largada al segundo intento de transferir a nuevos dueños a los tres bancos, que en la actualidad se encuentran operando con total normalidad. Según con absoluta racionalidad se lo ha establecido, la adjudicación se efectuará en función de una ponderación entre el aporte de capital que se realice y otros parámetros fundamentales, tales como el mantenimiento por más largo período de tiempo de la totalidad del personal de cada entidad y la presentación de un plan de acción que se considere adecuado. Una de las exigencias cruciales es la de que el dinero que se inyecte tenga su origen por fuera del sistema financiero.

Las tres entidades tienen gran importancia para vastas regiones del interior argentino y constituyen, además, la fuente de trabajo de más de seis mil personas. Ojalá que el proceso que acaba de abrirse tenga un exitoso corolario, que permita normalizar definitivamente la situación y dar paso así a un futuro que se avizora como venturoso.