Cárcel de Coronda

Reclaman mejoras en las condiciones de alojamiento

Los reclusos del pabellón 4 elevaron un petitorio a las autoridades penitenciarias con una serie de demandas

Un meticuloso petitorio fue elevado por los internos del pabellón 4 de la cárcel de Coronda a las autoridades del Ministerio de Gobierno y del Servicio Penitenciario, en el que no sólo piden el cumplimiento de una serie de puntos muy elementales para mejorar la situación en los lugares donde viven, sino que resaltan "la voluntad y acción políticas" como único requisito para realizar esos cambios.

Los pedidos refieren a mejoras higiénicas y funcionales en el patio donde reciben a sus familiares y en el interior del pabellón, además de la reorganización de las visitas, hechos que originan algunas situaciones conflictivas en un lugar de encierro donde conviven más de mil personas.

En el escrito, los presos recordaron revueltas "que se resolvieron con una salvaje represión, que tuvieron el saldo de cientos de heridos, lesionados y la muerte de muchos internos" y que sólo "alimentaron las frías estadísticas de la cárcel", dando a entender las consecuencias derivadas de las condiciones de hacinamiento que deben padecer.

Asimismo, los presos confeccionaron una lista numerosa de demandas, algunas de las cuales parecen a simple vista básicas como la construcción del tinglado en el pabellón "con los fondos recaudados por los internos" en una colecta realizada el año pasado y la entrega de cal para pintarlo.

También los reclusos piden "escobas comunes" para la limpieza y una manguera para regar el patio. Otro de los reclamos es la restitución de los teléfonos, ya que existe un solo aparato que debe ser compartido por los 150 internos del pabellón, lo que genera "conflictos" entre los presos.

Otra de las demandas es la entrega de colchones para los presos que no los tienen y la reparación de baños y duchas, que "desde hace un tiempo prolongado permanecen con cinco centímetros de agua estancada".

Los reclusos no sólo plantearon cuestiones vinculadas con el funcionamiento del presidio. También requirieron la revisión de la situación que deben atravesar los internos Piris y Quiroga, que fueron testigos de la muerte del preso Lisandro Juan Pellegrina durante un motín que se desató el 28 de septiembre pasado. El suceso presentó aristas controversiales ya que las autoridades del Servicio Penitenciario (SP) aseguraron en un primer momento que Pellegrina había perdido la vida en una pelea entre presos.

Sin embargo, los delegados de los reclusos denunciaron que Pellegrina murió tras recibir en la cabeza un itakazo disparado por la guardia armada. Además, sostuvieron que la revuelta se originó por la decisión de los responsables del SP de reprimir con balas de goma, plomo y gases lacrimógenos un incidente "menor" en dos pabellones en lugar de negociar con los detenidos.