| sábado, 31 de enero de 2004 | El rol del mediador Liliana Fernández Mateo / Ana María Rossi (*) La Ley Federal de Educación indica en su artículo 6º el ideal de hombre que como educadores se debe formar y establece: "El sistema educativo posibilitará la formación integral y permanente del hombre y la mujer, con vocación nacional, proyección regional y continental y visión universal para que se realicen como personas en las dimensiones cultural, social, estética, ética y religiosa, acorde con sus capacidades, guiadas por los valores de vida, libertad, bien, verdad, paz, solidaridad, tolerancia de igualdad y justicia" -y agrega-: "que sea capaces de elaborar por decisión existencial su propio proyecto de vida. Ciudadanos responsables, protagonistas críticos, creadores y transformadores de la sociedad a través del amor, conocimiento y el trabajo, defensores de las instituciones democráticas y del medio ambiente".
Ahora bien, frente a estos desafíos nos encontramos en una época caracterizada por el deterioro de las relaciones interpersonales, la pérdida de valores, la competencia despiadada, las luchas por el poder, el individualismo, entre otras cuestiones.
Esta realidad enfrenta al docente con nuevos conflictos que le plantean los alumnos y frente a los cuales debe asumir como parte de su nuevo rol enseñar a gestionarlos adecuadamente.
Por otra parte, el conflicto en el aula desgasta al docente ya que, existe un aparente divorcio entre la currícula que debe desarrollar y el análisis de los problemas que plantean los alumnos y el abordaje desde nuevas técnicas.
Pero es el caso que los docentes tampoco se encuentran satisfechos con la forma en que se gestionan sus propias disputas consideran que los conflictos más frecuentes y difíciles de resolver que se producen en el sistema educativo involucran a los adultos y se producen como consecuencia de fallas en la comunicación, cuestiones de poder, intereses personales.
Las soluciones formales no dan una respuesta adecuada ya que generan insatisfacción en las partes, desgaste, tanto de tiempo como emocional, y la recurrencia de los conflictos que aparecen desplazados o disfrazados bajo nuevas pretensiones pues los actores institucionales muchas veces no encuentran canales adecuados para gestionarlos.
Es por ello que consideramos importante que los docentes tengan una capacitación específica para ejercer el rol de mediador. El entrenamiento en mediación escolar implica un trabajo exhaustivo sobre cada una de las etapas de este proceso; las técnicas a utilizar, la neutralidad, la confidencialidad y aquellos elementos que forman parte de este proceso.
La mediación por ser un proceso de interacción es un dispositivo pertinente para la resolución de conflictos en las organizaciones educativas para mejorar la convivencia y resolver las situaciones frecuentes que sirven de obstáculo al proceso de enseñanza-aprendizaje.
(*) Docentes del Equipo para la Comunicación, Interacción y Desarrollo (Ecid1) enviar nota por e-mail | | |