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 sábado, 31 de enero de 2004

Noticias del clima
La soja espera agua, tras pasar un enero muy bravo

La conducta del campo de precipitaciones del mes de enero se puede enmarcar dentro de los sucesos que se asocian a una de las principales características climáticas de la región pampeana: su variabilidad.

La distribución de precipitaciones durante el primer mes del año ha beneficiado principalmente al centro este cordobés y el centro sudeste bonaerense. Sin embargo, aún en estos sectores no se han alcanzado los valores esperados.

En el resto de la región pampeana, las lluvias predominantes muestran valores que se ubican significativamente por debajo de lo normal, destacándose una gran disparidad espacial dentro de zonas relativamente pequeñas. Por ejemplo, en la provincia de Entre Ríos, los 18 mm acumulados en Paraná quedan escasos al compararlos con los casi 90 mm recibidos en Ramírez, distante a sólo 60 km.

Este ejemplo se generaliza en gran parte de Santa Fe, el centro norte de Buenos Aires y el norte de La Pampa, dando como resultado un contexto general deficitario matizado por pequeñas áreas donde las lluvias han sido próximas a las normales.

De todas formas la escasez predominante de precipitaciones, dentro de los vastos núcleos sojeros de la región pampeana, no es atribuible sólo a la dispersión natural que presentan las tormentas de verano, sino a factores de escala regional. Estos han actuado durante gran parte del 2003 en diversos sectores, alternando períodos deficitarios de precipitaciones por toda la geografía de la región pampeana.

En particular la falta de precipitaciones durante el mes de enero sobre los núcleos sojeros del centro este se han debido, fundamentalmente, al fracaso del flujo de humedad del sector norte, habitualmente muy sostenido en esta época del año.

La escasez de lluvias y las calurosas jornadas de los últimos días de enero se relacionan con un bloqueo del flujo proveniente de este sector. Bajo estas circunstancias, el aire dentro de gran parte de la región pampeana y el NEA se hallaba literalmente "estancado".

Al mismo tiempo, el extenso dominio de altas presiones favoreció los movimientos descendentes de aire, el cual al comprimirse contra la superficie perdía humedad, ganaba temperatura y eran inhibidos los desarrollos nubosos. De este modo, aumentaba el rigor de las marcas térmicas, de hecho muy elevadas por la alta insolación.

Esta breve descripción no debe interpretarse como la explicación de un evento extraordinario sino como un episodio que, aunque poco usual, es normal en épocas de verano. Su extensión en el tiempo define las llamadas "olas de calor".

Acompañando este artículo, mostramos la marcha mensual de precipitaciones del mes de enero, durante los últimos diez años. El valor esperado para enero, considerando la serie 1970-2003, es de 91,5 mm, con una desviación que cuantifica la variabilidad de la precipitación de la zona: 84 mm.

En el gráfico de barras pueden observarse apartamientos significativos en uno u otro sentido, con un máximo en 1998, cuando se registraron más del doble de los milímetros esperados, contrastando con el mínimo de lo que va del mes de enero de 2004.

Salvo en las zonas mencionadas al comienzo de esta nota, todas las variables que intervienen en el balance hídrico configuran un patrón deficitario. Es decir: lluvias escasas, alta radiación, alta temperatura, etc. Esta situación quedó insinuada en la fuerte retracción de las reservas que se observaba la semana pasada. El balance hídrico pensando en una cobertura de soja de primera aún muestra el predominio de reservas entre regulares y adecuadas, lo cual configura una situación satisfactoria, considerando la magra oferta de agua.

Entrando al fin de semana, se espera que el avance de un sistema frontal favorezca el desarrollo de una cobertura nubosa de amplia extensión, con lluvias más generalizadas, aunque con tormentas puntuales de mayor intensidad. Esta situación sería la dominante y progresaría desde el sur de la región pampeana entre viernes y domingo. De cumplirse se constituiría en el primer respiro para ingresar al período crítico de la soja.

Consultora de Climatología Aplicada (CCA)

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