| miércoles, 28 de enero de 2004 | Prueban novedosa terapia Científicos de países europeos iniciarán en los próximos meses ensayos en pacientes con atrofia muscular espinal a los cuales se le suministrarán un estimulante denominado carnitina. De comprobarse la eficacia del fármaco se mejoraría la calidad de vida de las personas padecen esta patología caracterizada por la atrofia del músculo esquelético causada por la progresiva degeneración de las células de la médula espinal. Más allá de los resultados, el estudio servirá para determinar formas de evaluación que permitan establecer la eficacia de cualquier método terapéutico, incluida la terapia génica. Entre los especialistas que participarán del proyecto se encuentra un médico argentino residente en Barcelona, quien desde hace diez años se dedica a estudiar esta enfermedad que, a escala mundial, afecta a uno de cada 6000 recién nacidos.
La atrofia muscular espinal es una enfermedad genética neuronal que causa debilidad y atrofia de los músculos voluntarios encargados de funciones tales como gatear, caminar, control del cuello y la deglución. La debilidad ocurre más a menudo en las piernas que en los brazos. A causa de ella, el afectado no puede caminar, en muchos casos ni siquiera sentarse y, hasta puede acarrear serios problemas respiratorios.
Aunque no existe una cura, varios centros en todo el mundo están tratando de encontrar una solución. El responsable del Diagnóstico Genético del Hospital de San Pablo (centro de referencia español de la enfermedad), en Barcelona, Eduardo Tizzano, anunció que en marzo próximo iniciará un ensayo con aproximadamente 30 pacientes españoles mayores de 5 años y otros 200 de Alemania, Italia, Dinamarca, Turquía, Polonia e Israel -entre otros- a los cuales se les suministrará el fármaco denominado carnitina, un estimulante muscular disminuido en el músculo de estos pacientes, y se procederá a la evaluación de su eficacia terapéutica.
El pediatra y genetista argentino quien en 1988 fue a España para hacer un doctorado en genética molecular y que desde 1993 trabaja en atrofia muscular espinal, dijo que la importancia fundamental del trabajo es establecer parámetros de evaluación que puedan servir a pacientes de todo el mundo para ver de qué manera responden al fármaco.
"La organización de los pacientes y los parámetros de evaluación (fuerza y función muscular, calidad de vida y marcadores biológicos) podrán ser utilizados para valorar la eficacia de otros compuestos y de otras metodologías aún en etapa experimental como la terapia génica y de células madres", enfatizó Tizzano.
Para que la enfermedad se produzca hay que heredar dos copias afectadas de un gen que se llama SMN (Survival Motor Neuron) localizado en el cromosoma 5. Esto ocurre cuando se unen dos personas portadoras del gen defectuoso, con un 25 por ciento de probabilidades de que en el momento de la concepción se "unan" dos genes dañados de la pareja dando por resultado un hijo o hija afectado.
El 50 por ciento de los niños afectados muere antes de llegar a los 2 años, por lo que hallar un tratamiento que al menos desacelere la evolución de la enfermedad es fundamental. Se sabe que 1 de cada 50 individuos es portador del gen alterado. Tomando en cuenta la magnitud de la población, en la Argentina se calcula que alrededor de 730 mil personas serían portadoras de la enfermedad.
"La mutación del gen posiblemente haya evolucionado a lo largo del tiempo, tal vez para proteger al organismo de la poliomielitis, que ataca las neuronas motoras. La selección natural elimina directamente las neuronas motoras. Este es un mecanismo biológico que se da en muchas enfermedades", explicó Tizzano.
Existen diferentes métodos que permiten brindar un diagnóstico eficiente de la enfermedad. Las pruebas incluyen la observación de movimientos por parte de un neurólogo especializado (cómo se mueve, si se sienta, cómo se para, etcétera); prueba de enzimas (se estudia la enzima muscular CPK); electromiografía (mide la actividad eléctrica del músculo y es muy útil aunque doloroso para el niño) y biopsia muscular (procedimiento quirúrgico menor y muy sencillo). El análisis genético de sangre se ha convertido en la forma de confirmar el diagnóstico más accesible y segura.
Encontrar un medicamento que estimule al gen de las células motoneuronas a producir mayor cantidad de la proteína faltante, detenga la enfermedad y con el tiempo la neutralice es, en estos momentos, la punta de lanza de los estudios. En este sentido se han empezado a hacer ensayos clínicos en Estados Unidos con un compuesto llamado ácido valproico y otro en Italia con un compuesto denominado fenilbutirato. Por el momento se está estudiando solamente su toxicidad, que en estos pacientes podría estar aumentada.
Esperanza para muchos Para estos estudios será importante la experiencia del grupo europeo, en el cual se podrá extrapolar la medición muscular de la efectividad de la carnitina con otros compuestos más específicos y con neuroprotectores.
La terapia genética y de células madres son otras alternativas en estudio en modelos animales. Se están realizando en Canadá (Instituto de Investigación en Salud de Ottawa) y Estados Unidos (Universidad de Medicina Johns Hopkins, Baltimore). Se desconocen sus posibilidades de éxito.
Por ahora, la terapia farmacológica apunta a ser la más prometedora y realista para lograr al menos detener la pérdida y degeneración de las neuronas motoras. enviar nota por e-mail | | Fotos | | La efermedad afecta a uno de cada 6.000 recién nacidos. | | |