Entrevista. Giustiniani dijo que el gobierno no tiene un plan de largo plazo

"El socialismo es un partido opositor"

El titular del PS aseguró que los sectores más desprotegidos siguen siendo la variable de ajuste

Mauricio Maronna / La Capital

Rubén Giustiniani es el cuadro político más importante que tiene el Partido Socialista (PS). Frente a la creciente marea de centroizquierda que marcha en sintonía con las políticas del Ejecutivo nacional, el senador por Santa Fe prefiere mantener la prudencia y marcar las diferencias. "Este gobierno no tiene un proyecto de mediano y largo plazo para el país. En lo económico la recuperación se dio porque se había tocado fondo y ahora se produce el rebote, pero la única idea vigente es el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional", marca la cancha Giustiniani.

-¿Cómo se posiciona el PS frente al presidente Kirchner?

-Los ocho meses de gobierno de Kirchner ofrecen un saldo positivo. Venimos de una catástrofe y se renovaron las expectativas populares. El proceso de recuperación económica que se vive, con un crecimiento arriba de 8 puntos, determina algo distinto y no es precisamente el promocionado estilo K. La gente está en el túnel, en la oscuridad -con más de la mitad de la población viviendo por debajo del límite de la pobreza, un 30 por ciento en la indigencia-, pero observa una lucecita al final del túnel. Nosotros vemos luces y sombras en el gobierno: a los aspectos positivos los acompañamos, como las leyes contra la impunidad y el recambio en la Corte.

-¿Y cuáles son las sombras?

-Este gobierno no tiene un proyecto de mediano y largo plazo para el país. En lo económico la recuperación se dio porque se había tocado fondo y ahora se produce el rebote, pero la única idea vigente es el acuerdo con el FMI realizado en septiembre pasado, que determina un esfuerzo gigantesco para el 2004. Se tienen que ahorrar 14 mil millones de pesos para pagar la deuda externa, con una pauta inflacionaria del 10% y con los salarios congelados. La variable de ajuste seguirán siendo los jubilados, los pensionados, los trabajadores con ingresos fijos y los desocupados. Se hizo una compensación millonaria a los bancos, pero a la inmensa mayoría de la sociedad no se la compensó. Mucha gente todavía vive con la grave preocupación de que le puedan rematar su vivienda. En educación no hay un proyecto y en lo social se continúa con la peor cara del clientelismo.

-O sea que el PS es un partido de oposición.

-Sí. Somos un partido de oposición constructiva, responsable. No es blanco o negro, porque Kirchner no es Menem. Sin embargo, quiero remarcar las diferencias que tenemos y que vamos a desarrollar en la acción parlamentaria. El desempleo sigue siendo el gran flagelo y eso cambiará con el desarrollo de las pymes en las ciudades y en el campo: con petróleo y soja no alcanza. Hay que exportar valor agregado, tecnología, conocimiento.

-¿Mantienen la posición antitransversal?

-La transversalidad es una palabrita de moda que inventó algún creativo para colmar la necesidad del gobierno en ensanchar su base de sustentación. Menem lo hizo... El ensanchó su base por derecha, porque aplicaba una política neoliberal y captó a la Ucedé y a los Alsogaray. Kirchner se presenta como el contraespejo de Menem e intenta cooptar a la centroizquierda. Lo más claro fue el apoyo a (Aníbal) Ibarra en la ciudad de Buenos Aires y ahora la incorporación de Graciela Ocaña. Lo hace para ganar poder en su puja interna. El PS cree que su responsabilidad histórica es ser oposición, por otra parte no hay convocatoria a un gobierno de coalición, están llamando a dirigentes de manera particular.

-¿Qué pasaría si el próximo convocado por el gobierno es Binner?

-Si algún dirigente socialista cree de manera individual que puede hacer un aporte trabajando en el gobierno nacional no perderá su condición socialista. Pero cuidado, tampoco hará que el PS cambie su rol opositor.

-O sea que aceptarían el fichaje de Binner en el gobierno...

-No hay ningún planteo concreto, cuando eso suceda se evaluará...

-Además de votos, ¿qué le faltó a la oposición para poder ganarle al PJ el 7 de septiembre?

-La explicación clara y contundente es que una vez más la ley de lemas fue la gran herramienta del PJ para ganar una elección sin ganarla... Una vez más, el candidato más votado no pudo ser gobernador de Santa Fe. La primera acción concreta que tiene que hacer la Legislatura es derogar la ley de lemas, y a partir de ahí iniciar un debate sobre el sistema electoral más positivo. Pero primero tienen que cumplir con el compromiso asumido por todos ante la sociedad: derogar esta esperpéntica norma.

-Lifschitz manifestó diferencias con las internas abiertas, simultáneas y obligatorias.

-El partido va a plantear su propuesta en marzo. Lo que no puede hacer el justicialismo es enredar a todos los partidos en un debate... Están intentando el chantaje de derogar la ley de lemas a cambio de algo. La ley de lemas debe derogarse y a partir de ahí comenzar con el debate. El sistema electoral debe incluirse en la Constitución para que no sea manoseado. Por lo tanto, es necesaria un reforma a la Carta Magna para que esto quede claro. Primero hay que cumplir con un solo artículo, que dice: "Derógase la actual ley de lemas".

-¿El gobierno de Obeid es mejor, peor o igual al de Reutemann?

-Espero que Obeid realice lo mismo que hizo en su primera gestión: gobernar en cooperación con Rosario.

-La gestión de Lifschitz dio el batacazo...

-No me sorprende. Miguel empezó muy bien, como esperábamos. Es un dirigente de fuste y de alta calidad humana. Va a ser un muy buen intendente.

-¿Se reeditará el Encuentro Progresista?

-El PS siempre buscará la posibilidad de articular políticas con fuerzas afines.

"La única idea vigente es el acuerdo con el FMI", dijo.