| domingo, 25 de enero de 2004 | Francia festejó el Año Nuevo chino en los Campos Elíseos En el desfile participaron 7.500 personas. Costó unos 480 mil euros El mayor desfile del Nuevo Año chino organizado en Francia se inició ayer en la emblemática avenida de los Campos Elíseos de la capital francesa, mientras que un poco más allá, en el centro Beaubourg, una centena de opositores protestaban por la visita que el presidente de China, Hu Jintao, inicia mañana en París.
El sol se abrió paso entre las cerradas nubes que han cubierto el cielo parisiense en las últimas semanas cuando los alcaldes de París y Pekín, Bertrand Delanoe y Wang Qishan, respectivamente, inauguraron el desfile en el que participaron 7.500 figurantes y 54 carrozas.
Una gigante carroza pez roja, donada por Pekín, abrió el desfile en la Plaza de la Estrella, que alberga al Arco de Triunfo.
Después, en medio del ensordecedor ruido de los tambores, un dragón de 50 metros manipulado por jóvenes chinos con botas negras y trajes amarillos comenzó a serpentear por la amplia avenida, mientras el cortejo principal descendía los Campos Elíseos a lo largo de un kilómetro y medio.
La "avenida más bella del mundo", decorada con los doce totems gigantes que representan los signos del zodiaco chino y serpentinas rojas y amarillas -éste será el año del mono-, había sido invadida desde el final de la mañana por una muchedumbre de curiosos, muchos, representantes de las comunidades asiáticas en la región parisiense para celebrar el Nuevo Año chino, que en realidad se inició el pasado 22 de enero.
La fiesta, que fue posible gracias al esfuerzo sin precedentes de 45 asociaciones chinas en la capital francesa, costó 480.000 euros, de los que 210.000 fueron absorbidos por la alcaldía de París.
El alcalde parisiense invitó a un almuerzo a su homólogo pequinés antes de la fiesta en el que hablaron de proyectos de cooperación y "derechos humanos y libertades", señaló el primero. "Hemos hablado de manera franca. Me ha escuchado y me ha dicho que las cosas pueden cambiar. Tenemos que influenciarnos unos a otros", agregó Delanoe, para quien este desfile "es un símbolo de fraternidad".
Poco antes, y no muy lejos del lugar de la fiesta, un centenar de personas se concentraron en otro punto turístico de la capital francesa, el centro Beaubourg para protestar contras las violaciones de los derechos humanos en China, coincidiendo con el inicio, mañana, de una visita de tres días del presidente chino a Francia. (AFP) enviar nota por e-mail | | Fotos | | El mítico dragón encabezó las celebraciones. | | |