| sábado, 24 de enero de 2004 | Efemérides Un 24 de enero Guillermo Zinni / La Capital . De 1776: Nace el cuentista fantástico alemán E.T.W. Hoffmann Ernst Theodor Wilhelm Hoffman nace en Königsberg, Prusia, el 24 de enero de 1776. Estudió abogacía por influencia familiar, y en 1800 empezó a trabajar como oficial legalista en las provincias polacas, pero en 1806 las guerras napoleónicas pusieron fin a su carrera. Decidió entonces dedicarse a su principal interés, la música, ejerciendo como compositor y crítico musical. Es por entonces que cambió su tercer nombre, Wilhem, al de Amadeus, en honor del compositor Wolfgang Amadeus Mozart. Luego de graves diferencias de opinión con el encargado del teatro de Dresden donde trabajaba, en 1814 volvió a ejercer la abogacía. Dos años después fue designado a la corte de apelaciones de Berlín, y es en esta época que empezó a escribir. Entre sus influencias literarias se encuentran Schiller, Walter Scott y Jonathan Swift. En pleno movimiento romántico sus escritos se refieren con frecuencia a personajes siniestros que interactúan con frágiles mortales, de los cuales revelan con ironía sus lados trágicos o grotescos. Escribió dos novelas: "El elixir del diablo" (1816), y "La vida y opiniones de Kater Mur, con una biografía fragmentaria del maestro de mapilla Johannes Kreisler". Sus obras de ficción, de poderoso realismo psicológico, se encuentran entre las más influyentes del movimiento romántico. Las más famosas quizá sean los "Cuentos fantásticos", en los que Jacques Offenbach basó su ópera "Los Cuentos de Hoffmann" (1880) y Léo Delibes su ballet "Coppélia" (1870). Su personaje del Kapellmeister Kreisler también inspiró la obra para piano "Kreisleriana", del compositor alemán Robert Schumann. Muchas de las novelas cortas más famosas de Hoffmann fueron reunidas en "Piezas fantásticas" (2 volúmenes, 1814-1815), que también contiene una colección de crítica musical y sus propias ilustraciones. Compuso música religiosa e incidental para obras de teatro y la ópera "Ondina" (1816). Su dependencia al alcohol le trajo diversos problemas laborales y económicos, además de afectar seriamente su salud. Falleció en Berlín el 25 de junio de 1822, a los 46 años de edad, a causa de una parálisis progresiva.
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