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 miércoles, 21 de enero de 2004

Amia: ponen el juicio a las juntas como modelo
El abogado de la Amia pidió que, como a los ex dictadores, se condene a los acusados sin pruebas directas

El abogado de la Amia Juan José Avila comparó ayer a los acusados por el atentado a la mutual judía con los comandantes de la última dictadura que fueron condenados en 1985 y afirmó que, tal como ocurrió entonces, Carlos Telleldín y los policías bonaerense deben ser condenados "en base a la lógica y a los indicios múltiples" en su contra.

Los ex policías acusados del atentado mostraron "una estructura jerárquica militarizada, un espíritu de cuerpo e idéntica pretensión de justificar todo, con idénticas actitudes mostradas en la causa de los comandantes", advirtió Avila.

El abogado inició así el segundo tramo del alegato final de los querellantes Amia, Daia y Familiares de Víctimas intentando convencer a los jueces de que deben condenar a los cinco principales acusados en base a la "lógica" y a los "múltiples indicios" en su contra.

Segundos antes había finalizado el alegato iniciado anteayer Marta Nercellas, de la Daia, quien hizo una "dura autocrítica" por haber aceptado -a sugerencia del entonces juez del caso Juan José Galeano- grabar en secreto a un acusado de delitos menores, Bautista Huici, algo prohibido por la ley.

Avila fue quien tuvo a su cargo el tramo dedicado a bucear en los antecedentes jurídicos que avalarían condenas sin pruebas directas contra los acusados y para ello comparó el juicio por el ataque a la Amia con el de las juntas de la dictadura.

"En esa causa se habían comprobado miles de casos, de ellos se infirió que había un plan, en fecha cercana al 24 de marzo de 1976, donde algunos de los procesados ordenaron una manera de luchar contra la subversión terrorista", recordó. "¿Hasta dónde llega el principio de inocencia?", se preguntó también.

En ese juicio se dio por probada la existencia de una "orden secreta" que nunca apareció y fue "sistemáticamente negada por los procesados" pero a la hora del veredicto "encontró sustento en la lógica porque sin esa orden perversa no se podía entender lo ocurrido en esa época nefasta".

Algo similar ocurre ahora en la acusación a los ex policías bonaerenses Juan José Ribelli, Anastasio Leal, Mario Bareiro, Raúl Ibarra y al reducidor de autos Carlo Telleldín, entendió Avila.

"La prueba directa no es la única que puede legítimamente considerarse, hay presunciones, indicios", explicó. "En esta causa, al igual que en la de los comandantes, no se puede entender lo ocurrido en la entrega de la camioneta Trafic sin hablar de la donación de Ribelli, ni de Solari, ni de la causa armas, ni de los carapintadas", enumeró luego algunos de los episodios que se atribuyen como pruebas contra los acusados o intentos de desvíos.

En la causa "no se tiene constancia de cómo y cuándo Ribelli recibe el encargo de armar la camioneta y elige a Telleldín para ejecutarlo. Hay que basarse en la inferencia lógica y los indicios múltiples", aseguró el abogado.

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