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 miércoles, 21 de enero de 2004

Un fenómeno que ya llegó a los teatros y también se convirtió en negocio
Las bandas de covers crecen con el imparable impulso de la nostalgia
Los músicos que recrean clásicos explicaron sus diferencias y se defendieron de las críticas y los prejuicios

Carolina Taffoni / La Capital

Empezaron tímidamente en los bares y en fiestas privadas, tocando para un público familiar y algún que otro distraído. Ahora se presentan en teatros, tienen fans propios, ganan concursos para viajar a Europa y algunas hasta viven de la música. Las bandas de covers ya no son más lo que eran. O al menos eso parece.

El mes pasado, Dios Salve a la Reina convocó a más de 1.500 personas en el teatro Broadway. Como si fuera poco, el grupo que recrea al Queen de la época de oro planea tocar en Inglaterra en abril, después de haber ganado un concurso en Buenos Aires. Lo mismo cuenta para los Quarrymen. La banda de covers de los Beatles se presentará en agosto en el Cavern de Liverpool, un lugar mítico en la historia de los cuatro fabulosos. Esta especie de explosión del pasado sobre el presente también se vive en Buenos Aires. Con su homenaje a Pink Floyd, los porteños de The End llegaron al teatro Gran Rex de la calle Corrientes y también hicieron una gira por el interior del país.

Se pueden ensayar muchas explicaciones para este fenómeno, pero todas, inevitablemente, están ligadas a la palabra "nostalgia". "Ya hay toda una generación que empezó a vivir de la nostalgia de cierta época -explicó Gustavo Lorenzatti, del grupo de covers Trifulca-. Entró una segunda generación después de Mochín Marafioti, después de la música de Nat King Cole. Los que en los años 70 escuchaban a Pink Floyd o a Queen ya son tipos de 40. A esa gente le es sumamente complejo asimilar el hip hop y los nuevos formatos musicales. Entonces se aferran a lo que escuchaban 20 años atrás. Vos te podés comprar un disco de Eric Clapton o de James Taylor, pero por las radios ya no los pasan", se explayó.

Trifulca se formó en julio pasado con una propuesta muy particular: hacer covers que van desde clásicos de Jobim hasta Spinetta, pasando por Charly García, Roque Narvaja, Jorge Drexler, Creedence, los Beatles, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina y hasta algo de tango. Sobre el crecimiento de los grupos de covers, Lorenzatti apuntó que hay que diferenciar "los verdaderos" de "las bandas de robo". "Hay tipos que salen con un teclado, una guitarra o con pista. Y con eso hacen el show", disparó.

Por lo general, las bandas de covers siempre fueron vistas como "un kiosco", un rebusque de los músicos para ganar algún dinero mientras por otro lado componen sus propios temas. Con sus ocho años de experiencia, Los Extranjeros no son una excepción a la regla. "Empezamos para juntar plata para grabar un disco con temas propios. Pero se fue sumando el trabajo. En realidad tenemos que agradecer que estamos viviendo de la música, especialmente en este país. Eso ya es todo un logro", dijo Sergio Buttice, el tecladista del grupo. Los Extranjeros suman un repertorio de 330 canciones, entre rock nacional, latino, folclore y tango. Todo menos cumbia villera. El año pasado dieron 220 shows. La modalidad de "cantobar" en vivo les da la posibilidad de tocar en lugares fijos.

La mayoría de las bandas de covers reconoce que tiene temas propios, aunque ven la grabación como un proyecto a largo plazo. Ese es el caso de Los Bitle y también de los Quarrymen. "Ahora estamos abocados a los Beatles, porque nos está yendo muy bien", dijo Leonardo Mónaco, de los Quarrymen, pero también aclaró: "No vivimos de esto, es una ayuda. Se hace una diferencia en las fiestas privadas, porque de los bares te llevás muy poco".

Hay otras bandas, en cambio, que no parecen interesadas en sus propias canciones. "A nosotros se nos dio al revés -contó Ezequiel Tibaldo, de Dios Salve a la Reina-. Empezamos con esto pensando en difundir la música de Queen y llegar a la mayor cantidad de gente posible. El objetivo nunca fue juntar dinero", explicó.

Ahora están empezando a aparecer este tipo de bandas "puras" de covers. Supersonic es un claro ejemplo. El grupo versiona hits de los años 80, desde Madonna hasta el tema principal de "Flashdance", pasando por Aerosmith, Rod Stewart, Donna Summer y Gloria Gaynor. "O hacés covers o hacés canciones propias, porque la gente después no sabe quién sos, es un problema de identidad", dijo Carlos Giménez, uno de los integrantes del combo. "Si hacés covers tenés que seguir con eso", afirmó.

Las bandas de covers ya entraron en un circuito de bares en donde tienen trabajo asegurado. Sin embargo, no todas son flores en el ambiente. Tocar siempre los mismos temas puede convertirse en una rutina bastante pesada, según confesó Sergio Buttice, de los Extranjeros. Y además están los prejuicios. A pesar de su crecimiento, los grupos de covers siguen siendo señalados como "bandas de segunda", cuando no son vistos como el peor síntoma de una crisis de creatividad.

"No hay creatividad en los covers, lo que no quiere decir que no haya esfuerzo", apuntó Ezequiel Tibaldo, de Dios Salve a la Reina. "Algunos dicen que las bandas que hacen covers optan por lo más fácil y no es así para nada. Cuando tocás un cover tenés el compromiso de hacerlo al menos parecido", agregó Leonardo Mónaco en nombre de los Quarrymen. Carlos Giménez, de Supersonic, señaló que "a nosotros tres temas nos llevan dos horas de ensayo. Las letras en inglés no son fáciles. Un tema de Donna Summer no lo canta cualquiera. Hacer un cover no es copiar, hay que crear mucho, es todo un laburo", aseguró.

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Dios Salve a la Reina, casi un calco del original.

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