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 domingo, 18 de enero de 2004

San Francisquito
Capturan a un menor dentro de una casa robando a dos mujeres
Pidió un vaso de agua y atropelló a la dueña, a la que arrastró de los pelos. Unvecino llamó a la policía. Lo atraparon revolviendo cosas, con un arma en la mano

Un asaltante de 16 años que tenía amenazadas de muerte a dos mujeres con un revólver calibre 38 en una casa del barrio San Francisquito terminó capturado in fraganti por la policía gracias al llamado telefónico que un testigo realizó a la central del Comando en el momento preciso en que el maleante irrumpía en la vivienda. Una de las víctimas, de 71 años, recibió varios golpes y fue arrastrada de los pelos por el piso. Fueron pocos minutos de una situación muy difícil, que por fortuna terminó bien.

Sucedió ayer a media mañana en Lavalle 2890. María Zorzoni, de 71 años, vive allí sola. Su amiga y vecina Teresa Basile, de 58, la había ido a visitar para, además, ayudarla con las tareas de limpieza en la casa. "Cada tanto hago esto. Como me quedé sin trabajo, María me llamó para que acomode y limpie un poco", sostuvo Basile.

Eran cerca de las 10. Las dos mujeres estaban en el comedor. María, sentada en una silla y Teresa, pasando un trapo al piso, cuando apareció un muchacho que tocó timbre. A través del postigo de la puerta de calle que estaba abierto, le pidió a la mujer mayor si le podía dar un vaso con agua. Vestía remera blanca, pantalón oscuro y una gorra negra en la cabeza. La dueña tal vez pensó aquello de "un vaso de agua no se le niega a nadie" y entonces abrió la puerta.

El pibe resultó ser un delincuente que desenfundó un arma d e fuego y le dio un fuerte empujón a María, que terminó por el piso. "La agarró de los pelos y comenzó a tirarla para la cocina", recordó Basile. "No me dejaba levantarla. Le había quebrado las uñas cuando la tiró. Decía en todo momento que quería la plata y el oro y que nos iba a matar a las dos", rememoró Teresa. El ladrón arrancó la conexión del teléfono y se llevó encañonada a las dos mujeres primero para la cocina y después hacia uno de los dormitorios.

"Yo le hablaba, trataba de tranquilizarlo", contó Teresa. "Le preguntaba si no tenía mamá y él respondía tajante: Sí, pero quiero la plata. Le decía que María estaba operaba y que yo soy cardíaca y me falta un riñón. Que se llevara lo que quisiera, pero que nos dejara tranquilas. Pero no había caso", señaló.

Pero el ladrón no reparó en que desde la calle un vecino de la cuadra había observado la secuencia. El testigo llamó al Comando Radioeléctrico, consignaron fuentes de la Unidad Regional II. El arribo del primer patrullero se produjo en pocos minutos. Teresa no puede precisar el tiempo. Cuando se introdujo el primer policía dentro de la casa ella creyó que se trataba de un cómplice del asaltante.

"El pibe estaba sacando y revolviendo todo. Agarraba cualquier cosa y la guardaba en un bolso. De golpe y porrazo, teníamos a la policía adentro. (Los agentes) entraron por la puerta, no escuchamos ni las sirenas. Al pibe lo agarraron de un manotazo. Vení para acá, hijo de p... y lo metieron en la otra pieza. Después lo sacaron y lo subieron a un patrullero", concluyó Teresa. "La verdad es que era un pobre pibe, debilucho...", se apiadó Teresa.

El pobre pibe, según indicaron fuentes policiales, empuñaba un 38. También tenía en su poder algunas pertenencias de María. De la casa de Lavalle al 2800 fue llevado a la seccional 13ª. Basile sostuvo que San Francisquito "está difícil por la cantidad de robos que se producen. Uno se tiene que cuidar mucho en la calle. A María ya la asaltaron cinco veces en la calle".

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Un nieto de la dueña de la casa, frente al desorden por el robo.

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