Año CXXXVII Nº 48270
La Ciudad
Política
Información Gral
La Región
Opinión
El Mundo
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Economía
Escenario
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Salud 14/01
Autos 14/01
Turismo 11/01
Mujer 11/01
Señales 11/01
Educación 10/01
Campo 10/01


contacto

servicios

Institucional

 domingo, 18 de enero de 2004

Várcies: Pesadez en las piernas

Héctor Mazzurco (angiólogo)

Las várices son dilataciones anormales de las venas de los miembros inferiores. Son una patología físicamente seria que no hay que subestimar ya que, sin ser mortal, deteriora considerablemente la calidad de vida de quien las sufre. La sangre, en condiciones normales, realiza su retorno habitual desde los tejidos hasta el corazón sin grandes dificultades. Pero en el caso de las extremidades inferiores y la posición erecta, debe luchar contra la gravedad. El 10% de la población y en personas con más de 50 años, la sangre no vence la fuerza de gravedad de la tierra y se acumula en las venas superficiales, dilatándolas y causando lo que se conoce como vena varicosa.

Si esta sola fuera la razón, todos deberíamos tener várices, ¿porqué no es así? Entre otros motivos, influyen también factores genéticos, congénitos y hereditarios. Vale decir que "várices hace el que puede, no el que quiere".


Factores desencadenantes
Sobre aquellas personas que arrastran esa predisposición a padecer várices, actúan factores desencadenantes hormonales, constitucionales y de hábitos que determinan su aparición.

Entre otros podemos mencionar:

* La incidencia es mucho mayor en mujeres que en varones.

* Tareas que obligan a estar mucho de pie.

* La obesidad.

* Haber tenido varios embarazos.

* Vida sedentaria.

* Períodos menstruales irregulares y anormales.

* Antecedentes familiares.

* Prendas ajustadas.

* Exposición excesiva al calor (sol, ceras calientes, etcétera)

Actuar sobre aquellos factores posibles de modificar es hacer prevención, como realizar ejercicios físicos que favorezcan el retorno sanguíneo, pero que no generen hipertensión brusca sobre las venas. Si la persona permanece varias horas de pie, debería usar medias de compresión para evitar la congestión.

A esto se suma una alimentación correcta para evitar la obesidad.

Conviene desagotar las piernas de vez en cuando elevándolas a 90 grados en forma intermitente, o accionando los músculos de la pantorrilla parándose en puntas de pie en forma periódica cuando se debe estar mucho tiempo parado.

Pero a veces estas medidas terapéuticas no son suficientes. Para estos casos existen una variedad de estudios y tratamientos para evaluar la causa, la severidad y el tipo de corrección necesario, tanto del punto de vista funcional como estético.

Entre otras formas de evaluar la importancia de la afección se encuentran las pruebas no invasivas, como el eco doppler similar a una ecografía común, que sirve para visualizar qué vena exactamente está enferma, y si es pasible de tratamiento médico o quirúrgico.

Dentro de los tratamientos médicos disponibles se halla la escleroterapia, muy efectiva en venas de pequeño calibre y arañas vasculares que consiste en la inyección de fármacos con el objeto de ocluirlas. También existen tratamientos farmacológicos que actúan sobre la sintomatología que las várices generan, como la pesadez de las piernas.

En los casos más avanzados existe la posibilidad de efectuar una cirugía con anestesia local.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados