| domingo, 18 de enero de 2004 | Se impone una tregua fiscal para las pymes Elías Soso (*) Ideas que avalan la sanción de una ley de facilidades de pago y blanqueos de capitales.
* Desde el segundo semestre de 1998 hasta diciembre de 2002 el PBI cayó el 21%.
* La inversión se desplomó más del 60% y aún en 2003 no cubre las amortizaciones.
* La desocupación oficial es de 16,2% que sumado a los planes sociales y a los semiocupados lleva la cifra al 40%.
* Las personas con problemas económicos alcanzan más de la mitad de la población y los indigentes suman un 16%.
* A pesar que desde diciembre de 2001 el peso perdió 2/3 de su valor, las exportaciones sólo avanzan a fines del 2003 al 14% y las manufacturas de origen industrial retroceden al 3%.
* Las importaciones, que habían alcanzado U$S 31.000 millones en 1999 cayeron a 8.000 millones en 2002 y a 12.500 millones en 2003.
Esta apretada síntesis ejemplifica la catástrofe que se abatió sobre el país y que no tiene parangón en el hemisferio occidental en épocas de paz. Los problemas económicos de cualquier país del mundo se resumen en dos ítems específicos: el empleo y la competitividad.
Justamente, el único tipo de empresas que pueden dar soluciones simultáneamente a los dos problemas, son las pymes.
Se ha producido una innegable reactivación, especialmente en las pymes industriales ligadas a la sustitución de importaciones, y en las exportadoras. Todo esto con un sesgo de muy bajo nivel de creación de puestos de trabajo y prácticamente nula incorporación de tecnología.
Esto conlleva un peligro: que si la demanda sigue creciendo, al compás de la monetización de la economía y un lento crecimiento del crédito, se produzca inflación (lo que no se ajusta por cantidad se ajusta por precio).
Las pymes se están manejando sin crédito. Pagan a sus proveedores al contado y raramente a 30 días, han cancelado parte de sus deudas bancarias y el único pasivo que tienen es el fiscal.
Suponiendo que los factores macro comiencen a solucionarse en el 2004 (deuda externa, tarifas, etcétera) y que vuelva la confianza, casi ninguna pyme puede ser sujeto de crédito bancario porque el 90% tiene algún tipo de deuda con el Afip.
Con las tasas de interés resarcitorias y las multas acumuladas, es utópico pensar que una pyme para comprar una máquina, ponga en juego su flujo de fondos para ponerse al día con la Afip. Ante la duda, no invierte, y al no hacerlo no crea puestos de trabajo. Porque para ambas no le alcanza.
Conclusión: Es urgente implementar un plan de facilidades de pago con condonación de sanciones o como la que plantea Came (atada al ritmo del crecimiento económico de la empresa). Los fondos recaudados podrán aplicarse al plan de obras públicas.
Países del primer mundo como Italia o Alemania lo están poniendo en práctica un blanqueo de capitales. La ingeniería podría obligar a inmovilizar los fondos regularizados, por ejemplo a 5 años ,con baja tasa de interés y utilizar ese dinero para financiar un plan de Desarrollo Económico Nacional. No es capricho, ni privilegio. Hoy más que nunca, apoyar la salida de las pymes es asegurar el proceso de reactivación.
(*) Presidente Asociación Empresaria enviar nota por e-mail | | |