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 sábado, 17 de enero de 2004

Prueba contra acusados del triple crimen de San Vicente
Aparecieron en una casa vainas de balas disparadas por el arma asesina, que los implicados escondieron

Buenos Aires.- La causa por el triple homicidio de la quinta de San Vicente tuvo ayer un significativo avance, ya que la policía halló enterradas cuatro vainas servidas y un plomo que habrían salido del arma usada en la masacre.

Los peritos policiales se trasladaron a la casa de Darío López -amigo de los dos detenidos como presuntos autores de los asesinatos en el caso, Alex Canteros (hijo de una de las tres víctimas) y Gustavo Muñoz-, quien junto con una chica facilitó a los acusados pasajes y tickets que fueron usados como coartada y confesó que los dos muchachos ocultaron en el pozo ciego de su casa pruebas del crimen.

El propio López, que hasta ayer a la tarde sólo era "testigo" para la Justicia, ayudó a los policías a remover la tapa de cemento de un foso ubicado en el fondo de su casa, en Juan José Paso 1800 de San Vicente, ubicada frente a la casa de Muñoz y a cuatro cuadras de la quinta donde se cometió el múltiple crimen.

Los policías encontraron en el pozo ciego, diseminados sobre el lecho, a casi un metro de profundidad, los cuatro casquetes y el proyectil.

"Encontramos todo lo que fuimos a buscar", dijo el comisario Néstor Faidutti, segundo jefe de la DDI de La Plata, a quien el fiscal de La Plata que entiende en la causa, Marcelo Martini, le encomendó la búsqueda.

Faidutti explicó a esta agencia que las vainas halladas en el pozo son similares a los proyectiles que mataron a Jorge Canteros, de 51 años, su madre Norma de Canteros, de 78 y la pareja del hombre, Giselle Minod, de 34, que partieron de una pistola calibre 7.65 usada para el triple homicidio. Justamente una pistola Pietro Beretta de ese calibre fue encontrada en la casa de Muñoz.

Por otra parte, ratificó que el dueño de la casa donde se ocultaron las pruebas, López, aún no está imputado en la causa.

Sin embargo, se estimaba que tanto la situación de ese joven como la de su novia, Anabella, podría complicarse ya que si aparecen pruebas podrían ser acusados de cómplices.

Los acusados encargaron a la pareja de Darío y Anabella pasajes a la localidad de Temperley (en Lomas de Zamora) y tickets de juegos de un hipermercado, lo cual les permitió armar una coartada para tratar de demostrar que la noche del crimen no habían estado en San Vicente.


Un pretexto desvanecido
Pero esa excusa se derrumbó luego de que la pareja contara la verdadera versión. Y ahora la situación tomó un giro fundamental, luego de que el muchacho revelara la existencia de elementos enterrados que le habían entregado los sospechosos.

López había sido llamado anoche a declarar por el fiscal, por cuanto supuestamente su cuñado, un ex policía, lo denunció por haber ocultado pruebas del crimen. Finalmente el joven lo admitió y se dispuso a ayudar a la policía.

Por otra parte, una comisión policial viajó a la localidad de Glew, en el partido de Almirante Brown, para tomarle declaración testimonial a un ciudadano uruguayo señalado como pai umbanda.

Este hombre negó conocer a Alex Canteros y con respecto a Gustavo Muñoz, el otro detenido, aseguró haberlo visto una o dos veces en un templo donde practican un tipo de religión a la que definió como afroamericana. El pai fue mencionado en la causa como el hombre al que los acusados del triple homicidio consultaban para que les dijera en qué lugar de la quinta se encontraban, supuestamente, enterrados los 10 millones de dólares del dueño de las zapaterías "Pepe" Cantero. (DyN y Télam)

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Darío López, ayer en la inspección.

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