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 sábado, 17 de enero de 2004

Los achaques de la educación pública
La ex ministra de la cartera educativa de Ecuador señala la necesidad del nacimiento de un nuevo modelo

Rosa María Torres

Le recomendaron baños de asiento, lavados, purgantes, emplastos, cataplasmas, pociones, brebajes, ungüentos, pomadas, linimentos, vendajes, amuletos, paños de agua fría, agüitas aromáticas, calditos de pollo, comiditas blandas, reposo.

Le cubrieron la cabeza con la chalina para que no le diera el aire ni agarrara frío. Plancharon las sábanas para calentarle la cama antes de dormir.

Le hicieron vaporizaciones con Vick Vaporub y hojas de eucalipto, y le arroparon bien antes de la limonada caliente para que sudara.

Le dieron agüitas de cedrón, hierba luisa, toronjil, hierba buena para la sistitis, valeriana para los nervios, llantén para los problemas respiratorios, manzanilla para los ovarios, orégano para el dolor de barriga, pelo de choclo y cola de caballo para los riñones, hoja de aguacate para la artritis, hoja de oliva para el colesterol.

Le dieron agua de trinitaria, orégano macho y hembra, raíces de cebolla blanca y naranja agria, para sacarle los gases.

Le dieron un vaso de agua hervida tibia en ayunas para limpiarle los intestinos. Le frotaron con manteca de chancho detrás de las coyunturas, para aliviarle el estreñimiento.

Le asustaron, le pegaron un papel en la frente y le hicieron tomar agua de un vaso por el borde opuesto para pararle el hipo.

Le metieron un cucurucho de papel encendido dentro del oído para que el humo le sacara el aire y le aliviara el dolor.

Le pusieron a masticar clavo de olor para el dolor de muela. Le hicieron cataplasmas de hoja de tabaco para la bronquitis. Le recetaron miel de abeja para purificar la sangre.

Le dieron chochos secos para la diabetes.

Le llevaron al curandero para que le sobara las várices.

Le pusieron concha perla derretida con limón para borrar las cicatrices.

Le aconsejaron lavarse la cara con azúcar para eliminar las impurezas de la piel.

Le recomendaron leche de seno y llaves enfriadas en el sereno, para el orzuelo.

Le colocaron bolsitas de té en los ojos para desinflamarle los párpados.

Le masajearon el cuero cabelludo con un huevo crudo, limón y sal para combatir la seborrea.

Le peinaron con agua de romero para darle brillo al cabello.

Le hicieron hacer gárgaras con bicarbonato para blanquear los dientes.

Le pusieron a serenar un vaso de agua a la luz de la luna y se la dieron a tomar en ayunas, para rejuvenecer.

Le dieron sangre de zorro para el asma.

Le pasaron la panza de un sapo vivo por la pierna para curarle la erisipela.

Le pusieron sanguijüelas para chuparle la sangre coagulada.

Le metieron un piojo en el ojo para que le desprendiera la catarata.

Le santiguaron y le hicieron santos remedios con sahumerios, ensalmos y conjuros, para librarle del mal de ojo.

Le administraron fármacos y remedios caseros.

Le colocaron la pulsera del balance perfecto para conservar la salud.

Le llevaron al médico y al curandero, al homeópata y al brujo, al acupunturista y al shamán.

Frecuentaron la botica y el bazar, el mercado y la iglesia en busca de las pastillas y las hierbas, las cápsulas y el agua bendita, las inyecciones y los brebajes, las radiografías y los escapularios.

En vista de los magros resultados, le sometieron a un programa intensivo de

rejuvenecimiento: dieta macrobiótica, vitaminas, deporte, gimnasia rítmica, aeróbicos, hidromasajes, baños turco y sauna, faja térmica, depilación, limpieza profunda de cutis, manicure y pedicure, pelucas.

Le compraron cremas importadas para combatir la celulitis, las estrías, la flaccidez.

Le tiñeron las canas y le sometieron a tratamientos modernos para detener la calvicie.

Le practicaron cirugía estética para estirarle la cara y levantarle los glúteos y el busto.

Le renovaron el ropero, con atuendos de moda, colorinches, bisutería.

¡Qué no se ha hecho! Todo se ha intentado. Y nada.

Porque contra los achaques de la vejez no hay nada.

Agotada, ella misma dijo que la dejaran morir en paz. Que suspendieran los emplastos y las cirugías, los sahumerios y los aeróbicos, los brebajes y las dietas.

Que sólo cabía nacer de nuevo.

Que había llegado la era de una nueva educación.

(*) Pedagoga ecuatoriana

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