| sábado, 13 de diciembre de 2003 | Expropian tierras en Empalme para entregarlas a los vecinos Serán para las familias del barrio donde la monja María Jordán tiene un centro comunitario "Dios hace esperar pero no falla", aseguró la hermana María Jordán. La monja, que desde 1996 trabaja en Empalme Graneros, confirmó que "la Legislatura provincial facultó al gobierno santafesino a expropiar los terrenos que desde hace años están ocupados por tobas y criollos" en la zona de Génova, el arroyo Ludueña, Ottone (ex Gambeta) y Barra. En 1998, los integrantes del Centro Comunitario María Madre de la Esperanza iniciaron un expediente para lograr que esos terrenos -que por entonces se inundaban y eran basurales a cielo abierto- fueran entregados a las familias que vivían allí.
"El trámite demoró, pero finalmente llegó", indicó la religiosa. En la ley que aprobaron los diputados y senadores provinciales, además de autorizarse a expropiar esas tierras (que eran propiedad privada), se ordenó al gobierno realizar un reordenamiento ocupacional que permita desarrollar viviendas dignas, abrir calles, conservar espacios verdes y brindar los servicios esenciales como agua potable, cloacas y energía eléctrica.
"Desde hace tiempo y con la misma gente del barrio fuimos ordenando cada una de las casitas y abrimos calles", indicó Jordán, antes de resaltar que "si bien hay muchísimo por hacer todavía, se urbanizó en parte; las calles tienen nombres y algunas hasta tienen mejorado, gracias a la colaboración de empresas privadas como Acindar y Sipar".
Consideró "muy importante" que la tierra pueda ser transferida a la gente de la comunidad que allí vive y señaló que "hay que trabajar para que todos tengan viviendas dignas". Recordó que en 1996, cuando visitó la zona por primera vez, quedó "muy impresionada" y hasta comparó el lugar con "Calcuta".
Jordán destacó que en su campaña de 1999 el ex gobernador Carlos Reutemann prometió colaborar con el barrio "y así lo hizo".
Según indicó la religiosa el barrio está habitado actualmente por unas 10 mil personas. Apuntó que en la zona funcionan consultorios pediátricos, odontológicos, ginecológicos y son muchos los médicos que se acercan para trabajar voluntariamente.
Más de 1.200 vecinos comen a diario en tres comedores que funcionan en el barrio. "A la hora de brindar alimento se les da prioridad a los niños, a los ancianos y a las embarazadas", remarcó.
La monja indicó que actualmente se está construyendo un centro con chicos de la calle. "Hay que darles el pescado, pero hay que enseñarles a pescar", reflexionó la religiosa, antes de indicar que en ese ámbito se los alfabetizará, pero además se les enseñará carpintería, herrería, jardinería y se habilitará un taller de artesanía toba.
Jordán remarcó que gran parte de la obra que pudo llevar adelante desde el Centro Comunitario María Madre de la Esperanza es posible "gracias a la solidaridad permanente y constante de todos los rosarinos que acercan materiales y donaciones". enviar nota por e-mail | | |