| sábado, 13 de diciembre de 2003 | Propuesta sencilla En vuestra sección del martes 9 del corriente se aludió a la próxima incorporación de los concejales electos y a sus respectivos asesores. El tema da para mucho hilar, pero dada la brevedad del texto al que debemos ceñirnos trataré de ser escueto. La propuesta mía es sencilla y sería de mi agrado que la tome algún referente político de peso como para darle impulso. En muchas y respetables instituciones privadas o públicas se utiliza la figura del asesor, reconociendo en la misma a un experto o profesional en distintas disciplinas. Instituciones cooperativas, bancarias, comerciales, aseguradoras, la propia Justicia, etcétera, requieren en muchas ocasiones la opinión autorizada de un asesor cuando se trata de decidir sobre cuestiones trascendentes. Mi idea es la siguiente: proponer la reforma de los reglamentos respectivos y determinar que en lugar de que cada concejal pueda proponer o nombrar sus propios asesores, la Municipalidad proceda a crear la oficina de asesoramiento, a la que se incorporará un número limitado de asesores, conformado por abogados, contadores, médicos, ingenieros, tributaristas y los que hubiera necesidad de ampliar. Dichos asesores accederían a la función por un tiempo limitado a convenir, sin relación de dependencia (simple contrato) y luego de riguroso concurso de antecedentes y oposición controlado por los respectivos colegios profesionales. Se lograría así contar con el debido asesoramiento de idóneos en cada materia y se lograría un sustancial ahorro en sueldos cuya diferencia podría destinarse a paliar carencias más urgentes, evitando la dádiva y el pernicioso "amiguismo" que tanto daño y descrédito ha traído de la mano de muchos políticos. De esa forma se despejaría la bien ganada suspicacia de la castigada ciudadanía.
Doctor Jorge L. Medín
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