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 miércoles, 10 de diciembre de 2003

Entrevista. Reutemann hizo un balance de gestión a horas de dejar el poder
"No pueden digerir la derrota"
El gobernador dijo que Binner quedó "muy caliente". Prometió defender a la provincia "como un soldado"

Mauricio Maronna / La Capital

Cinco camioneros ven entrar a Carlos Reutemann al bar de una estación de servicio en cercanías de Roldán e inmediatamente lo invitan a compartir la mesa como uno más. "Lole, cuánto me hacías sufrir cuando corrías", le dice el más experimentado mientras se agarra la cabeza. Al gobernador santafesino no le gusta hablar sobre su pasado deportivo y prefiere interiorizarse sobre el origen y el destino de los parroquianos. "Yo lo voté porque éste es un buen tipo", apostrofa luego otro de los transportistas, aprovechando que el mandatario se levanta para conversar con uno de los encargados del lugar.

En uno de sus sorprendentes brotes de nihilismo, dirá a La Capital: "Este es el único recuerdo grato que me llevo de mi gestión, me gusta cuando la gente demuestra afecto. Es lo que jamás entenderán quienes me critican". Reutemann rompe su diplomacia discursiva para pegarle duro a la oposición, Hermes Binner incluido: "Quedaron muy calientes con la derrota y jamás podrán digerirlo". Sin embargo, no se priva de ponerle un "7" a su gestión al frente de la Casa Gris.

-Apenas asumió su segundo mandato dijo que lo mejor que le pasó fue haber dejado el poder. ¿Siente lo mismo?

-No es mala la alternancia en el poder. Corriéndose del centro del escenario hay cosas que se ven distintas, eso me pasó en el 95. No hay comparación entre el desastre que fue la Argentina entre el 2000 y el 2001 y la realidad que se vislumbra hasta el 2004. Me tocó estar en el mejor lugar, pero en el peor momento.

-Hay una cuestión extraña: en el peronismo no hay clima "ganador". Ni siquiera hubo festejos.

-Es verdad. Es uno de los datos que me resultan más significativos. La oposición, y especialmente Binner, rompió todas las reglas de juego, la ética. Me impresionó mucho la manera en que se jugó la oposición para derrotar al justicialismo. Me tildaron de fraudulento a mí y al partido, cosa que le hizo mucho daño a la provincia. Vi por ejemplo la manera en que festejó la victoria el PJ entrerriano, y eso fue una fiesta bárbara. Acá dio la impresión de que el peronismo perdió las elecciones. Eso me dejó un fenomenal signo de interrogación y un gusto amargo. Con lo fuerte que jugaron muchos sectores para ver derrotado al PJ... Creo que los mismos sectores que tanto hicieron para derrotarnos se quedaron muy calientes con nuestro triunfo, y la siguen... El tema no está terminado.

-¿Se refiere a Binner?

-A él y a los demás que jugaron en contra. Binner no digirió la derrota.

-¿La relación con Binner se quebró definitivamente cuando lo acusó de fraudulento?

-Sí. Instaló el tema del fraude sabiendo de antemano que eso era imposible.

-Pero en política se dice que los agravios de la campaña quedan borrados una vez que se contaron los votos. ¿En su caso no es así?

-En Santa Fe los que perdieron quedaron calientes, y siguen en campaña. Creo que me van a seguir agraviando. Además se están metiendo en mi vida privada con una saña que es llamativa.

-¿Considera que Binner ya está en campaña para el 2007?

-Faltan 4 años, sería una locura. Nunca vi que estos agravios personales se mantengan después de una campaña; a veces sucede que permanecen las críticas sobre áreas del gobierno o cuestiones de gestión, pero sobre situaciones personales es inédito. Hay algunos comunicadores o candidatos que dicen que la gente está loca, que votó mal... Jugaron tan en contra que terminaron cuestionando al votante. Incluso, dijeron que había que hacerles un test psicológico a quienes votaron al peronismo. Cruzaron la raya.

-A la hora del balance su figura despierta reacciones encontradas. En un diario de Santa Fe lo acusaron el sábado de tener "las manos manchadas de sangre".

-(Visiblemente molesto). Que yo tengo las manos manchadas de sangre... Está mi vida en juego: jamás di la orden de meter plomo, es terrible que escriban eso. Sobre el tema de las inundaciones, ¿qué consuelo le queda al presidente de Francia, que tiene 13 mil ancianos muertos por la ola de calor, o con las inundaciones de hace pocos días en la zona de Marsella?

-Se va del gobierno con un paro de estatales larguísimo.

-Todos los argentinos que tenemos un salario fijo perdimos con la devaluación. Pero Santa Fe es una de las pocas provincias que comenzó a recomponerlo, los agentes estatales comenzaron a mejorar en julio y terminan diciembre con un incremento de 80 pesos. No puedo ir más allá porque otro aumento tendría injerencia en el presupuesto 2004, y ahí ya no estaré en el gobierno. No me agrada retirarme con un paro, pero traté de no dañar el poder adquisitivo evitando emitir bonos. En otras provincias los salarios se cayeron por la devaluación pero también por la depreciación de los bonos. Pero todos se olvidan rápido.

-En el 99 le dijo a Obeid: "En el 2003 te devuelvo la banda". Si el jueves (por mañana) Obeid le dice lo mismo, ¿usted qué responde?

-(Se ríe). Primero tengo que ver si Obeid me dice eso...

-¿Va a ser el presidente del PJ santafesino?

-Quiero observar cómo transcurren los primeros siete días posteriores al traspaso de mando. No crea que para mí ir al Senado es tocar el cielo con las manos...

-Bueno, usted tenía la Presidencia de la Nación al alcance de la mano y no quiso tocarla.

-Tomé la decisión correcta.

-Se dice que con Kirchner su relación es "mala", después que es "regular", pero el presidente habló de usted como "el amigo Lole". ¿Cuál es la verdad?

-Mientras los dos fuimos gobernadores lo veía como un tipo pragmático, práctico y exitoso. A él le tiraron un brasero caliente, tal vez no tanto como a Duhalde, pero observo que las medidas que tomó gozan de un alto índice de popularidad.

-Tuvo que salir a desmentir que vaya a encabezar un polo opositor peronista dentro del Senado...

-Mi función en el Senado es acompañar primero las cosas importantes para Santa Fe. Yo soy un representante de los santafesinos ante la Nación. Voy a ser un soldado para defender a Santa Fe. No me levanto todos los días con un serrucho.

-¿Vislumbra una guerra política entre Kirchner y Duhalde?

-No. Duhalde no entrará en fricciones con Kirchner, puede haber un jueguito de declaraciones que van y vienen.

-¿Cuál fue su mejor y su peor momento en estos cuatro años?

-Le digo la verdad: en estos cuatro años, lamentablemente, no tengo ningún recuerdo agradable. Salvo el gesto espontáneo, desinteresado de personas inesperadas. Eso me gratifica. Ir a comprar verduras al supermercado y que la gente se me acerque, parecen pequeñas cosas, pero a mí me fortalecen. Es el recuerdo que me queda, el resto es para la negativa.

-Gobernador, no sea tan nihilista, sacó 800 mil votos...

-Pero esos 800 mil votos les revolvieron el estómago a los opositores. Saqué 800 mil votos, pero siguen con el cuchillo en la garganta. Las muertes del 2001 me marcaron profundamente, el que cree que fue un episodio más está totalmente confundido. Y la provincia bajo el agua, con 23 muertos fue tremendo. Ahora algunos deben tener ganas de hacerme responsable del tornado.

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Reutemman prometió defender a la provincia.

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