| miércoles, 10 de diciembre de 2003 | Asombro sobre la inseguridad El asombro se produce por algo inesperado, que puede resultar aceptable o desagradable, y en el caso que fuera provocado por la inseguridad -que venimos soportando desde el año 2001- lo calificaríamos como lo más abominable que nos está ocurriendo, con una corrupción cierta o sospechada, conformada por una trilogía: delincuentes, policías y políticos. En estos años los periodistas publicaron innumerables artículos con el resultado de sus propias investigaciones, donde ilustraban a los policías "que no veían" y a nosotros, el pueblo, que no atinábamos a comprender el porqué no se empleaba el "poder político" para encontrar "el hilo" de las alianzas corruptas. Productores agropecuarios junto al pueblo de Chabás peticionaron el 2 de septiembre pasado al gobernador Reutemann "para que resolviera antes de terminar su mandato" un cambio en el sistema policial sospechado de corrupto. Petición que fue avalada por 2.000 firmas, que podrían haberse duplicado. No contestó a un pedido de audiencia, donde entregaríamos el legajo en sus manos, pero envió un proyecto al Senado para investigar sobre los bienes ilegítimos de los altos funcionarios policiales, el cual fue convertido en ley el 20 de noviembre y demorará muchos meses en lograrse resultados. ¿Qué pasará hasta entonces? ¿Cómo pudo hacer el presidente Kirchner? Asombró también que el gobernador Reutemann haya premiado por decreto con un aumento de sueldo considerable y retroactivo al 1 de noviembre a los jefes jerárquicos de la policía sospechada de la provincia. En tanto, en los pueblos, la gente penando procura convencer pacíficamente a quienes gobiernan para que asuman la responsabilidad que les compete y a la que se comprometieron, jurando por el cargo que ahora ocupan. ¿O seremos nosotros, el pueblo, los culpables por ser olvidadizos y confiar?
Haidé Z. de Garello, farmacéutica
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