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 lunes, 08 de diciembre de 2003

Maximiliano necesita volver a escuchar

Maximiliano Botto era un chico como cualquier otro, le gustaba jugar con sus amigos, hacer deportes y sobre todo ilustrar las historias que él mismo creaba. Pero la hipoacusia que arrastraba desde la infancia le redujo cada vez más la audición, hasta dejarlo completamente sordo. El año pasado fue escolta de la bandera nacional, "un premio a su esfuerzo y dedicación", contó una maestra de la Escuela "Cristóbal Colón" de Rosario, que lo conoce hace cuatro años y lamenta que su total pérdida de audición condicione su proceso de aprendizaje.

La sordera total tiene solución, pero la solución tiene precio. Un implante coclear retroarticular (dispositivo que reemplaza a la coclea, vulgarmente conocida como caracol y encargada de comunicarse con la membrana del tímpano) le permitirá recuperar la audición de un solo oído. Pero su familia no cuenta con los 50 mil pesos que cuesta el pequeño aparato.

Los papás de Maxi tienen además otros dos hijos, Norma es el sostén de la familia y trabaja como empleada doméstica y el papá está desocupado desde que la crisis lo obligó a bajar la persiana de su pequeño almacén. Viven en una casa prestada y no tienen obra social. Hasta el momento, los condicionamientos económicos no habían hecho mermar la voluntad de Maxi por alcanzar sus metas en el estudio.

Pero ahora la voluntad ya no le alcanza. "Se vio un bajo rendimiento en todas las materias, como no escucha las explicaciones, no puede realizar las tareas y no incorpora otros conocimientos", explicó con preocupación su docente. La situación que vive dentro del ámbito escolar, en donde pasa la mayor parte de su tiempo, se hace aún más grave cuando los compañeros parecen no comprender lo que le pasa y son "muy pocos los que tratan de ayudarlo". La mamá de Maxi contó con tristeza que "hasta llegó a sufrir de gastritis porque se pone nervioso cuando nota lo que le está pasando".

Entre los peregrinajes por organismos del Estado y los engorrosos trámites burocráticos, un año ya pasó para este chico que busca en la escuela las herramientas para un mejor futuro, además de pelear por el lugar que siempre tuvo y que la discriminación le empezó a quitar. Los abuelos de Maxi, que trabajaron en La Capital, escribieron una carta a los lectores y contaron la situación. Fundación La Capital se hizo eco y apela a que esta campaña le devuelva a Maxi la vida que siempre llevó.

Ahora la esperanza está en una cuenta del Banco del Suquía, cualquier aporte es importante y suma para llegar a los 50 mil que separan a Maxi de no perder otro año escolar.


Para colaborar con Maxi:
* Caja de ahorro: 014-17-020953-0

* CBU: 3870014/7-0080170209530/7

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maxi fue escolta de la bandera nacional.

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