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 lunes, 08 de diciembre de 2003

Declaraciones del subsecretario general de la Presidencia
Carlos Kunkel: "Trabajamos para constituir el Frente para la Victoria de todos los argentinos"
El ambicioso proyecto de la "transversalidad" de Kirchner parece intentar volver a los orígenes del peronismo

Carlos Roberto Morán / La Capital

Carlos Kunkel, subsecretario general de la Presidencia, admite que conoce desde hace 35 años al presidente Néstor Kirchner, quien empezó a militar en una agrupación peronista que el primero conducía. También que trabaja por integrar a quienes, "dentro o fuera del Partido Justicialista", quieran participar del Frente para la Victoria "de todos los argentinos". Se trata de un plan vasto y ambicioso que proyectan desarrollar de aquí hasta las elecciones del 2005, tan ambicioso que no por nada en sus declaraciones alude a la conformación de aquel primer peronismo de 1945, cuando "el entonces coronel Juan Perón no pedía antigüedad de afiliación a ninguna estructura" para sumarse a su proyecto.

Kunkel estuvo en Santa Fe para hablar sobre sus propuestas para la reconstrucción de la Argentina, invitado por Mesas de Trabajo, un sector del PJ que responde al concejal Gerardo Crespi, uno de esos dirigentes con los que no le disgusta "sentarse a su lado" pese a estar desvinculado del oficialismo del PJ provincial. En el encuentro con el periodismo Kunkel también estaba acompañado por Héctor Cavallero, quien en las últimas elecciones llevó a Crespi en su boleta como candidato a intendente de Santa Fe.

-¿Está trabajando para crear un movimiento kirchnerista?

-Como peronista, en los últimos 45 años he tratado siempre de trabajar para que se exprese la gente, para poder lograr que todos los sectores, peronistas y no peronistas que estamos preocupados por las condiciones de vida de nuestro pueblo, de la propia existencia de nuestra nación, podamos generar una propuesta política que nos contenga a todos. Y, sinceramente, respetando todas las opiniones, creemos que el modelo neoliberal le ha hecho mucho daño a nuestro país.

-¿No teme que se termine pronto la "luna de miel" del presidente Kirchner con la ciudadanía?

-Eso lo tiene que decidir el pueblo. Al presidente lo conocí hace unos 35 años, cuando él comenzó su militancia política en una agrupación que yo encabezaba. Tengo muchas expectativas y tengo por sobre todo el absoluto convencimiento de que va a ser fiel a sus convicciones y a lo que estamos anunciando. El vocero presidencial, Miguel Núñez, recientemente utilizó una frase que yo creo importante: "Los que esperan que la luna de miel termine van a tener que armarse de paciencia, porque la luna de miel termina cuando el dirigente en la función pública empieza a traicionar sus convicciones y a no hacer aquello que el pueblo necesita".

-Ha habido cambios políticos, institucionales, pero el esquema económico no se ha modificado en lo sustancial.

-Si por esquema económico se interpreta el funcionamiento del sistema capitalista, nosotros no estamos planteando salirnos de él.

-Me refiero concretamente a la redistribución de los ingresos.

-Sí, estoy de acuerdo y le agradezco que lo ubique porque es el verdadero eje de nuestra preocupación. Nosotros estamos absolutamente convencidos de que la función de todo gobierno es integrar a los distintos sectores sociales y lo que el neoliberalismo ha hecho ha sido excluir y fragmentar infinitamente la sociedad argentina.

Nosotros tenemos algunos hitos que es bueno no olvidarlos: en 1954 y en 1974 la distribución de la renta en la Argentina implicaba que el 50% fuera en forma de salarios. En estos momentos debemos estar en el 21 o el 22%. Traducido a la parte práctica lo que quiere decir es que los pobres son mucho más pobres, hay inmensas masas de excluidos sociales y la clase media está pauperizada, como nunca lo estuvo en los últimos 60 ó 70 años. La situación se puede revertir, cambiando lo que el neoliberalismo logró en 25 ó 27 años de aplicación descarnada, primero a sangre y fuego con el gobierno militar, después con lo que nosotros consideramos la poca capacidad del gobierno radical de orientar el plan que sustentaba -sin descalificar- y por supuesto, con la instauración del menemismo, que fue la desvirtuación absoluta de las banderas históricas del peronismo.

-Cuando el presidente estuvo recientemente en Rufino, en su discurso, dijo: "Ayúdenme a desterrar las mafias que hay en el país". ¿De qué manera puede colaborar el ciudadano común?

-Lo que estamos haciendo en todos y cada uno de los lugares es tratar de que quede claro el mensaje de que cuando decimos que vamos a terminar con la corrupción no estamos planteando que vamos a cambiar la ventanilla (de pago) o que cambió el que lleva el portafolios. Estamos planteando que se va a terminar con la corrupción. También sabemos que esto ha penetrado muy profundamente en todas las capas culturales de la sociedad argentina y que no va ser una tarea de un día para el otro. El general nos decía hace más de treinta años que las cosas se podían hacer con sangre o con tiempo. Entonces muchos preferimos no dedicarle tanto tiempo, pero eso lo terminamos pagando duramente como generación y como militantes. Bueno, ahora venimos con la madurez y la experiencia de todos esos años de lucha, de no claudicar, para tratar de hacerlo con el tiempo.

-¿Qué opina sobre el pedido de sectores empresarios que piden enfrentar a los piqueteros?

-En la Capital Federal, ahora, hay toda una campaña mediática. Primero, se quiere descalificar a todos los desocupados, como si la marginalidad social fuera responsable del que va con un palo. Yo, cuando un periodista me habló de los que salen con palos, le contesté: los que se llevaron miles de millones de dólares de este país nunca se pusieron capucha y nunca agarraron un palo ni una pala, agarraron la lapicera.

-¿La preocupación central del presidente está referida a los piqueteros?

-No. La preocupación mayor del presidente es la de resolver todas las cuestiones porque para eso estamos, pero lo que fue producto de 25 o más años de aplicación de un plan sistemático de desarticulación del aparato productivo y de demás las expresiones de la sociedad argentina no lo vamos a solucionar ni en diez ni en veinte días.

-Volvamos a la transversalidad. ¿Puede abundar un poco más sobre el trabajo que están haciendo?

-En 1945 y 1946, cuando surge el movimiento peronista, el entonces coronel Perón no pedía antigüedad de afiliación a ninguna estructura para sumarse a esta empresa de orientar la patria en la dirección que él consideraba conveniente, o sea que el peronismo desde un principio fue profundamente movimientista.

-Ese es el PJ; lo que le pregunto es si hay algo más.

-Es que en realidad el PJ como tal siempre fue así en vida de Perón y hasta su propia muerte. El partido es una herramienta electoral. Además en las elecciones no se presentaba como Partido Justicialista sino como un frente. En este caso la transversalidad no es más que la adecuación a estos tiempos que corren, es la vocación movimientista y frentista que tiene el peronismo. Por supuesto que tiene que haber un movimiento transversal, que equipare a la transversalidad que introdujo el neoliberalismo.

-¿En definitiva, el transversalismo debe darse dentro o fuera del PJ?

-Aspiramos a que la tradicional herramienta electoral del peronismo, que es el justicialismo, nos acompañe e integre ese Frente para la Victoria que vamos a constituir, el Frente para la Victoria de todos los argentinos.

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Kunkel militó con el presidente hace 35 años.

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