| lunes, 08 de diciembre de 2003 | Escándalo en el ómnibus y escopetazos de goma disparados en La Paz al 400 Asaltaron un 143 con 50 pasajeros y rompieron la luneta trasera para huir El chofer cerró las puertas y de contramano fue a la seccional 4ª. Todo el pasaje quedó demorado por 7 horas María Laura Cicerchia / La Capital El colectivo de la línea 143 viajaba atestado de adolescentes que volvían de bailar en los boliches del centro, cuando una bandita de pibes que subió sin pagar empezó a despojar al pasaje de relojes y pulseras. Una rápida reacción del chofer los dejó a metros de un calabozo: el colectivero trabó las puertas, avanzó dos cuadras en contramano y estacionó frente a la comisaría 4ª. Pero los ágiles rateros no se dieron por vencidos. Demolieron la luneta plástica trasera y escaparon en medio de balazos de goma disparados por los policías que salieron a recibirlos. El truncado viaje del 143 terminó con 50 pasajeros demorados por siete horas, dos jóvenes y un menor de edad presos por el atraco y un joven al que le descubrieron un pedido de captura. Y se convirtió, para los jóvenes viajeros, en una nueva constatación de que trasladarse en colectivo en determinados horarios puede resultar una experiencia de riesgo.
"Cuando subo a un colectivo ya sé a qué me someto. Pagué el pasaje como corresponde y terminé demorado en una comisaría, cuando se supone que yo estaba abonando un servicio", se quejaba indignado Miguel, un mozo de 23 años que todavía tiene fresco el recuerdo de cuando lo dejaron semidesnudo a bordo de otro colectivo. El muchacho, uno de los pocos que se atreve a confiar su nombre, es uno de los 50 jóvenes que vieron frustrado su viaje de regreso y en lugar de ello recalaron masivamente en una repartición policial.
A las 7.30 de ayer, el coche de la línea 143 -el número de interno no fue consignado- se dirigía desde el centro en dirección a la zona sur, con destino final a Villa Gobernador Gálvez. Iba repleto de jovencitos que desbordaban butacas y pasillos. La mayoría de ellos reside en la zona sur, en los barrios Las Flores, Magnano y San Martín, en la zona de Alem al 4000 o Ayacucho a la misma altura.
El micro seguía su recorrido habitual cuando en la parada de la plaza Montenegro, en San Martín y San Luis, una bandita de cuatro o cinco pibes subió sin marcar tarjeta y comenzó a hacer estragos. Según relataron a La Capital los muchachos que tomaron el mismo interno, los recién llegados comenzaron a asaltar a los pasajeros.
La gente mayor que viajaba en la unidad comenzó a descender, pero un hombre no se salvó y al bajar por la puerta trasera terminó despojado de su reloj. Y unas cuadras más adelante, una locutora fue forzada a entregar su reloj, un relicario de plata y una pulsera. Casi todos los viajeros presenciaron el robo a la locutora que ocurrió en el fondo del colectivo. Se trataba, según informaron fuentes policiales, de Patricia Alejandra Vilche, conductora de un programa de la FM 92.5 que terminó con una muñeca dolorida por el forcejeo. Con el alboroto, el chofer advirtió lo que ocurría y cerró las puertas en el momento en que avanzaba por calle Colón.
Sin que los maleantes se dieran cuenta, al llegar al cruce con La Paz dobló hacia la derecha y recorrió dos cuadras en contramano hasta llegar a la esquina de la comisaría 4ª, donde empezó a los bocinazos. Con el colectivo herméticamente cerrado, los que viajaban en el fondo igual se las arreglaron para salir. Destrozaron el material sintético y opaco de la luneta trasera y escaparon en dirección al este. Los efectivos intentaron amedrentarlos con tiros de escopeta, según reseñó el subcomisario Osvaldo Marvelli, pero no tuvieron éxito.
En cambio, marcharon a la seccional los 50 pasajeros que habían quedado retenidos en el coche. De ellos, apenas 4 o 5 eran mayores de edad. El resto, debió esperar que con el paso de las horas sus padres fueran a buscarlos para poder recuperar la libertad.
Todos ellos fueron requisados pero ninguno de los bienes robados a Vilche apareció. Aunque esto otorgó la certeza de que los ladrones son los que pudieron escapar, por la descripción que dio la locutora sobre la ropa de los asaltantes la policía dejó presas a tres personas: José Luis A., de 23 años, María del Carmen R., de 18 años, y un menor de 15. En el medio de las averiguaciones, saltó el pedido de captura que tenía uno de los pasajeros, José María C., de 18 años, en una causa por robo que espera sentencia. La revisación del colectivo deparó el hallazgo de un reloj de cuarzo de dueño desconocido y un revólver de juguete.
Por hospitales y comisarías En la seccional los jóvenes fueron alojados en dos habitaciones donde, uno a uno, fueron requisados e interrogados. Debieron esperar a que se averiguaran los antecedentes de todos y contar qué vieron durante el viaje. Pasadas las 13, un grupo de padres que esperaba la finalización de los trámites para que les devolvieran a sus hijos manifestó con indignación que nadie les avisó del procedimiento y que los encontraron allí luego de rastrearlos por hospitales y comisarías.
"Agarraron a todos menos a los choros", se quejó apenas quedó libre un muchacho que había ido a bailar al boliche Off, de Corrientes y Tucumán. Tanto él como sus amigos cuestionaron el trato que recibieron en la seccional. Aseguraron que no les permitieron tomar agua ni ir al baño durante las horas que duró el procedimiento. Otro, que no tenía con qué volver a su casa, dijo que le pegaron un bastonazo en el hombro para bajarlo del colectivo.
"Nos dijeron que no podíamos fumar ni escupir. Y si los mirábamos fijo nos decían «Qué mirás. ¿Sos canchero, sos pícaro?»", relató el muchacho mientras se frotaba el hombro derecho. "Ni siquiera nos pidieron disculpas por lo mal que nos trataron", coincidió Miguel. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los ladrones desplumaron a los viajeros. | | |