Juanjo Cura y Zamba Quipildor, una fiesta popular de jerarquía

Una conjunción de folclore y canto lírico y coral, apoyado por músicos de auténtica valía completaron el clima de fiesta popular que generaron las casi 10.000 personas que anoche se reunieron para disfrutar de la "Misa criolla" en el patio cívico del Monumento Nacional a la Bandera, convocadas por las voces del tenor rosarino Juanjo Cura y el cantante salteño Zamba Quipildor.

La majestuosidad del "Nessun dorma" marcó el inicio formal de la noche musical y el tono que adquirió esta propuesta que unió canciones populares italianas y españolas como "O sole mio" y "Granada" en la voz de Juanjo Cura, con la baguala de Ariel Petrocelli "El seclanteño" y la chacarera "Sembremos la chacarera", éstas en la poderosa garganta del salteño Quipildor.

En el terreno musical, la sorpresa de la noche la ofreció el quinteto porteño Nan que acompañó a Quipildor. En uno de los intervalos el grupo que había mostrado hasta el momento un trabajo correcto, desató toda su creatividad con dos temas instrumentales, una milonga y una rumba de su creación que los mostró como dueños de una indudable calidad interpretativa.

El aria de la ópera "Aurora", de Panizza, interpretada por Juanjo Cura fue otro momento emotivo de la noche. Leonel Lúquez (piano), Marcelo Coronel (guitarra) y Juancho Perone (percusión) acompañaron la actuación del tenor rosarino.

La consigna era no escapar de lo popular y así llegó con Juanjo Cura la "Zamba del Laurel", del Cuchi Leguizamón, seguida de una lograda versión de "Canto versos", de Jorge Fandermole, lo que fue correspondido por Quipildor con la "Zamba de Balderrama" y una chacarera.

Tres temas de "La Navidad Nuestra" y por fin, con una masa coral de más de 200 voces de San Nicolás, Ramallo y Rosario dirigidas por el maestro nicoleño Gustavo Martín, los dos solistas cosecharon todos los aplausos posibles con cada uno de los fragmentos de la "Misa criolla".

Quipildor y Cura desplegaron calidad y carisma.