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Vacaciones como en casa y entre amigos

Los hostels complementan la oferta de alojamiento tradicional con buenos servicios y tarifas económicas

El fenómeno de los hostels, los alojamientos económicos para turistas, cobró tanto empuje en nuestro país que ya dejó de ser una suma de emprendimientos informales e individuales y va camino a convertirse en una verdadera industria.

Los máximos promotores del denominado turismo independiente de América y de Argentina se reunieron el mes pasado en Buenos Aires en el Primer Encuentro de Hostels Independientes de las Américas, y acordaron fundar una corporación que los ayude a promocionar esta alternativa en todo el país.

Se trata de una variante nueva de los albergues de la juventud, que suele ser impulsada por los mismos viajeros que alquilan inmuebles o por los dueños de añejas y amplias casas, acondicionadas para recibir turistas a precios módicos comparados con cualquier hotel convencional.

En Argentina hay oficialmente 150 hostels en los principales centros turísticos como Puerto Madryn, Córdoba, Tucumán, Bariloche, que proliferaron mayormente por la crisis económica y social. Se estima, no obstante, que hay muchos más funcionando sin habilitación.

"Los hostels son una forma de hacer turismo que está en expansión y que en el país surgió hace siete años gracias a Internet, que ayudó a promocionarlos", señaló Alberto Mosquera, uno de los organizadores del encuentro internacional.


Sitios de encuentro
Estos hospedajes surgieron principalmente como sitios de encuentro que, a diferencia de los hoteles convencionales, ofrecen al viajero la posibilidad de conocer la idiosincrasia y las costumbres de los habitantes del lugar porque les permiten compartir espacios dentro de la casa.

La principal característica que brindan es que los huéspedes pueden elaborar su propia comida en una cocina compartida por todos, utilizar el mismo baño, dormir en habitaciones múltiples e intercambiar experiencias en bibliotecas o salas comunes de esparcimiento que brindan servicios de Internet y televisión.

Hasta hace unos años el turista del hostel era el estudiante o mochilero de entre 20 y 30 años, pero en el último tiempo esta franja se amplió incluso hasta personas de 50 años.

Los precios de los hostales argentinos varían entre 6 y 10 dólares por día, por persona y en habitación compartida.

En Estados Unidos la cultura de hospedarse en hostels está mucho más madura y es frecuentada por escolares de excursiones y por las familias, que lo ven como una forma de intercambio de experiencias educativas para que sus hijos aprendan culturas diferentes.

Pero el creador de los hostels fue un alemán, Richard Schirman, quien empezó hace más de ochenta años haciendo excursiones escolares y fundó el primer alojamiento de este tipo en un castillo de la ciudad alemana de Altenas.

Los dueños de los hostels en Argentina planean unirse para promocionar su oferta de la misma forma en que lo hacen sus pares de Estados Unidos y Europa. En el congreso que los reunió en Buenos Aires entre el 10 y el 12 de noviembre y del que participaron representantes de Estados Unidos, Europa y América latina, acordaron plantear al gobierno la necesidad de un apoyo oficial y la fundación de una asociación que los nuclee.

Los hostels disponen de bibliotecas e internet.