Dos custodios bajo sospecha por un crimen

Buenos Aires.— Un custodio fue procesado con prisión preventiva y otro liberado por falta de mérito, por el crimen de un vigilador y las heridas sufridas por otro, en un tramo de la Panamericana, en Tigre, en setiembre pasado, en un episodio cuyos móviles todavía no están claros.

Lo que si entendieron el fiscal de Tigre John Broyad y el juez de Garantías de San Isidro Orlando Díaz, a cargo del caso, es que el vigilador procesado con prisión preventiva, Daniel Soto, “no actuó en legítima defensa, ni tampoco se acreditó de manera fehaciente que se haya resistido a un asalto”.

Es más, el custodio, Juan Manuel de Lima, herido en el caso, y acompañante de Osvaldo López, muerto a tiros, declaró que su única intención de acercarse al auto Fiat Uno de los imputados fue saludarlos por la relación que tenían de una empresa de seguridad en la que habían trabajado juntos.

En la indagatoria que hicieron ante el fiscal tanto Daniel Soto como su compañero Eduardo Uslenghi (herido en un pie por los tiros), y liberado luego por el juez Díaz, declararon que dispararon para defenderse de un asalto. También negaron tener una relación íntima con De Lima y el fallecido López, víctimas en el episodio.

Uslenghi fue liberado porque ninguno de los disparos que hizo con un arma calibre 9 milímetros mató al vigilador López.

El caso ocurrió el 12 de setiembre a las 5.30, sobre la autopista Panamericana y el cruce con la ruta 197, en Talar de Pacheco, partido de Tigre.

Por allí se trasladaban los vigiladores de la empresa San Miguel, Juan Manuel De Lima, conductor, y Osvaldo Raúl López, acompañante, a bordo de un Chevrolet Monza, quienes custodiaban un camión del Correo Argentino.

Por la misma autopista circulaba otro vehículo de la empresa Seguridad y Custodia, un Fiat Uno, en el que iban Edgardo Uslenghi, al volante, y Daniel Fabián Soto, quienes custodiaban un camión de la firma Loreal.

Uslenghi dijo que mientras circulaban se les tiró encima un Fiat Uno que los chocó al tiempo que la persona que iba en el asiento del acompañante les exhibía un arma, por lo que interpretó que lo estaban asaltando y se defendió con su pistola calibre 9 milímetros. (Télam)