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 sábado, 06 de diciembre de 2003

Del dicho al hecho
Veira retó al plantel para que no se relaje

Gustavo Conti / Ovación

Nada hacía presagiar que el Bambino explotara. La semana pintaba tranquila, con el equipo que parecía confirmado y con el final de campeonato en el Coloso delante, en un partido que a priori no debería traerle complicaciones. Sin embargo, el técnico de Newell's sacudió el tablero. Paró la práctica de ayer, retó a sus jugadores y encima ahora dejó la duda sobre la presencia de Walter Silvani. Quizás no hizo más que pasar del dicho al hecho, para evitar que sus jugadores se relajen en las dos últimas fechas del Apertura como había anunciado.

"Un mal entrenamiento es después un mal partido", vociferó el Bambino cuando paró el trabajo futbolístico para hacer oír sus molestias. "Estamos mal parados. Hay que volver detrás de la línea de la pelota", dijo luego, ya haciendo consideraciones tácticas. "No me entrego ni faltando un minuto", continuó hablando, quizás en la frase que más tenga que ver con eso de evitar relajarse. "Hay que matar el domingo a Chicago", se escuchó después, remarcando la importancia que le da al encuentro del domingo.

Las molestias del entrenador continuaron después cuando se retiró de la cancha. Si bien atendió a la prensa con la amabilidad acostumbrada, esta vez no pudo ocultar su disgusto. Estaba enojado en serio. No dijo una cosa para su plantel y luego lo minimizó, sino que no le gustó para nada la única práctica de fútbol que pudo realizar con su plantel en la semana, ya que el jueves llovió.

"La concentración en el entrenamiento es tan clave como en el partido. Y yo soy el líder del grupo y lo tengo que marcar", explicó entonces. "Cualquier cosa que pase el responsable soy yo. Esa es la verdad".

"Siempre hay que tratar de dejar algo positivo en el entrenamiento. Y no tiene nada que ver con que venga el último partido de local en el campeonato. La obligación de Newell's es en todas las canchas. A mí no me vengan a decir que de local hay que rendir más que de visitante", se explayó el técnico. "La mentalidad mía es así y soy el que les inculcó a los jugadores eso, porque hay mucha gente que va a verlos afuera y los puntos valen igual".

Veira no quiso especificar qué cosa no le gustó de la práctica, sino que prefirió decir antes de despedirse del contacto con los medios que "no, no quiero hablar del entrenamiento. Son cosas que hablo con los jugadores, nada más".

El Bambino no quiso dar el equipo tampoco porque "tenemos algunos problemas con Silvani. Está engripado y vamos a esperarlo" (ver aparte) pero hasta eso pasó a segundo plano, aunque algunos relacionaron, sin asidero, una cosa con la otra. Veira vivió una mañana de aquellas en un entrenamiento corto y si algo quedó en claro es lo que quiere de su equipo: "Nada de relajarse".

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Veira les pegó cuatro gritos a sus dirigidos.

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