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 sábado, 06 de diciembre de 2003

El gobierno no descarta que haya intencionalidad en una seguidilla de robos
Para los funcionarios resulta "llamativamente coincidente" la ola de asaltos a restaurantes porteños

El gobierno nacional no descartó una intencionalidad política en la sucesión de robos a comercios porteños focalizados en las mismas zonas, como la del barrio de Villa Urquiza, donde la semana pasada fue asesinado el cliente de un restaurante. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, admitió ayer que al gobierno le "suena raro la virulencia" que caracterizó a la seguidilla de asaltos y no descartó la "posibilidad de que alguien esté predisponiendo este tipo de delitos".

"Si se tratara de hechos prearmados o predireccionados, sería muy grave", advirtió el funcionario.

Por su parte, el ministro de Justicia, Gustavo Beliz, consideró "llamativamente coincidente" la modalidad de los asaltos cometidos en Villa Urquiza, donde la semana pasada murió Juan Carlos Godino, de 62 años, baleado a quemarropa delante de su familia cuando un grupo de delincuentes entró a robar en el restaurante La Farola de Urquiza, en Monroe y Colodrero.

Las declaraciones de los funcionarios coinciden con la posición del Secretario de Seguridad Interior, Norberto Quantin, quien, al anunciar la asignación de 600 policías federales para vigilar restaurantes porteños, había admitido que le llamó la atención la sucesión de atracos en ese mismo barrio. Empero, consultado sobre una posible relación entre los robos y el desplazamiento del ex jefe de la Policía Federal Roberto Giacomino, Quantin señaló: "Ya dije que me resulta inimaginable pensar que el ex jefe de policía pueda estar detrás de estas cosas".

Lo cierto es que entre las últimas horas de anteanoche y las primeras de ayer hubo una seguidilla de robos en la Capital Federal que se iniciaron cuando delincuentes asaltaron por segunda vez la confitería Plaza del Carmen, en Villa Urquiza, precisamente en momentos en que los vecinos se concentraban (a pocas cuadras) en demanda de más seguridad.

En la Casa Rosada, Beliz, junto al secretario de Derechos Humanos, Eduardo Duhalde, dijo que "estamos trabajando con mucha intensidad para reforzar las condiciones de seguridad de toda la zona" de ese barrio. Tras confirmar cuatro detenciones concretadas anteanoche allí y otras dos ayer, Beliz dijo que esas personas "estaban cometiendo atracos de un modo muy particular y llamativamente coincidente en lo físico en esa zona de la ciudad".

Ratificó que el gobierno "no va a cejar" en su lucha contra la corrupción el ámbito policial, y afirmó que "sin fuerzas policiales íntegras no es posible combatir el crimen" en el país.


Una mano negra
Por su parte, Fernández advirtió que desde el Ejecutivo se evalúa "la posibilidad de que alguien esté predisponiendo este tipo de delitos". Consultado sobre si estos asaltos apuntarían a hacerle "la vida imposible" a Quantin, ya que el jefe de la seccional de Urquiza es hombre de confianza del funcionario, Fernández respondió que "vivimos en un país donde, a veces, las cosas más insólitas ocurren".

Aunque dijo, además, que sospechar que esto podría ser un pase de facturas de policías bonaerenses a federales sería "entrar en el terreno de las especulaciones", sostuvo que "nos llamó la atención la escalada de asaltos a restaurantes en la última semana". (DyN)

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Quantin y Beliz se mostraron extrañados.

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