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 sábado, 06 de diciembre de 2003

Proyecto de museo contemporáneo

Mi nombre es Lucio M. Traficante, tengo 20 años de edad, y soy estudiante de diseño industrial. Me dirijo a ustedes con el fin de comunicar y remarcar ciertos puntos que considero negativos en el proyecto del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, que se establecerá en los silos Davis. Actualmente los museos de arte contemporáneo, en la mayoría de las ciudades del mundo, son realizados por arquitectos contemporáneos (muchas veces de prestigio), que captan y expresan través de sus obras las últimas corrientes dentro del movimiento arquitectónico y los factores sociales, culturales, políticos y económicos del contexto donde se sitúa la misma. De esta manera, la construcción pasa a ser una obra contemporánea, integrándose armoniosamente al concepto contemporáneo de las obras en su interior y al contexto circundante en su exterior. El museo deja de ser sólo un edificio contenedor de arte y pasa a ser parte de un todo, en donde lo exterior y lo interior se fusionan para entregar una imagen y visión más totalizadora al visitante del mismo. Toda esta expresión contemporánea narrada a través de las formas arquitectónicas actuales creo que no estuvo en ningún momento contemplada al elegir a los silos Davis como sitio de emplazamiento del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario. En segundo lugar quiero aclarar que la falta de elaboración no es sinónimo de simpleza ni de síntesis. Existen muchos artistas que, bajo preceptos modernistas de racionalidad, simpleza y síntesis arrojan obras "inconclusas", "ligeras" e incluso "poco elaboradas", que nada tienen que ver con estos conceptos. Una obra es simple cuando todos los factores que la componen han sido combinados e integrados de manera equilibrada y proporcional, entregando así un mensaje claro, inmediato y universal a todo espectador de la misma. Por ello no concuerdo con las palabras de quienes defienden el proyecto ganador para pintar la fachada de los silos (carta de lectores del lunes 1 de diciembre), porque primero hablan de "...claridad formal y simpleza conceptual...", para después decir. "...lo que la indiscutida ganadora nos propone es algo que como ciudadanos no vemos o, por ende, nos falta...". Mi interpretación es que, si como ciudadanos y gente común no vemos esa "simpleza conceptual" que nos intenta transmitir es porque evidentemente la manera de trasmitirla, es decir su "claridad formal", no es tan clara como parece. Seguramente, algunos dirán que se trata de conceptos complejos, difíciles de comprender para personas normales, que se encuentren fuera del "mundo del arte". Esta es, precisamente, la actitud que aparta al arte de la corriente principal, le confiere una aureola de ser especial y delicado, lo reserva para una elite, y de esta manera niega la influencia que ejercemos sobre él a través de nuestras vidas y nuestro mundo. Deja de ser un arte representativo para ser individualista. Deja de definirnos para definir solo a unos pocos. Deja de estar al alcance e interpretación de todos para sólo ser comprendido por algunos, que encima creen estar por encima del resto. No es mi intención faltarle el respeto a nadie y si lo he hecho pido disculpas, pero lo que he intentado expresar en estos últimos párrafos es solo que, como rosarino, como persona perteneciente a un contexto social y cultural determinado, no me siento en ningún momento identificado con este museo. Pero me olvidaba que, lamentablemente, aquí no se habla de representar a Rosario a través del arte sino al arte a través de Rosario.

Lucio M. Traficante



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