| domingo, 30 de noviembre de 2003 | Truchas asadas en el sur Enrique Andreini / La Capital Relájese y disfrute de las maravillas que ofrece el sur de nuestro país. Aquel pobre rey loco de la Patagonia desmayaría de emoción si hoy recorriera la zona de San Carlos de Bariloche, San Martín de los Andes, Villa La Angostura y la Región de los Siete Lagos.
El sur seduce todo el año, por diferentes razones. Frente a la cordillera, un sol brillante, un lago rodeado de pinos y cipreses. Los ocres y dorados de sus árboles en otoño y las lavandas frescas traídas por los griegos al costado del camino son el paisaje donde relajados turistas y lugareños gozan de la vida. Por suerte usted no tiene que hacer buena letra para entrar en esos paraísos terrenales, están allí al alcance de su mano, sólo deberá agudizar todos sus sentidos y prepararse a disfrutar de lo que vea, guste y sienta.
Según el célebre cocinero Ramiro Rodríguez Pardo, lo único que uno necesita cuando sale a pescar truchas por esos deslumbrantes paisajes, es además del equipo de pesca, una caja de fósforos, pan casero, un poquito así de manteca, sal, pimienta y, una amable señorita agregaría yo, sin poderme contener.
El cocinero simplemente las asa sobre un fuego hecho con ramitas secas y sólo le agrega, al finalizar la cocción, un poco de manteca derretida. No es extraño que un poblador se le acerque y sin más le diga que para preparar una deliciosa pierna de cordero, sólo frótela ligeramente con un puñado de lavanda fresca antes de meterla en el horno. ¡Sale riquísima!, agregará antes de seguir su camino por el sendero.
Yo, metido como soy, para lo que no me llaman, detrás de un arbusto, le susurraría -el cordero va muy bien con vino rosado-, sobre todo si es de la zona del alto valle del Río Negro. enviar nota por e-mail | | |