| domingo, 30 de noviembre de 2003 | El día que lo iban a fajar y lo terminaron felicitando La conversación giraba por el lado de las anécdotas y desfilaban el día que le bajaron tres dientes y siguió atajando, que era hincha de Boca por culpa de la radio, que en el 74 se retiró del ferrocarril tras muchos años de maquinista, que la casa se la hizo de a poco con lo que cobraba en Argentino (40 pesos por partido ganado, 20 por el empate y 80 si le ganaban a Quilmes o Banfield). Y la que le hizo recordar Lina, su compañera de toda la vida, con sus muy jóvenes 80 y los 54 de casados: "Jugábamos en el Bajo Belgrano y había 20 ó 30 del público que te mandaban a la madre para todos lados. Y les dije, «muchachos, me extraña, estamos en la Capital, cómo dicen esas palabrotas». Y seguían, hasta que me hinché. Se me corta el centrofóbal, uno que había jugado en Newell's, y de 6 metros -de sobrepique- sacó un bombazo y se la saqué al córner con el hombro. Me di vuelta y les dije a los hinchas «vieron muchachos, les vamos a ganar, quédense piolas». Al final les ganamos 5 a 3 y cuando terminó el partido y estábamos en el lunch (un vaso de cerveza con algunos sánguches) se vino una barra como de 30. Entonces empecé a acomodar los huesos porque pensé «estos me los desparraman todos». Pero uno se adelantó y me felicitó". enviar nota por e-mail | | |