Perspectivas. Sobre "poder y terror"

Noam Chomsky, con el mazo dando

Analiza el mundo bélico de Bush luego del 11S

Leonardo Graciarena / La Capital

Poder y terror: reflexiones posteriores al 11 de septiembre de 2001", la última producción de Noam Chomsky, es una obra que ayuda a pensar. En su primera obra después del bestseller "11 de septiembre", Chomsky colabora con la reflexión respecto a por qué la nación más poderosa del mundo recibió un ataque demoledor que la sacudió hasta sus cimientos. Pero también ayuda a entender por qué la actitud que tomó la administración republicana del presidente George W. Bush desde ese momento -las guerras de Afganistán e Irak y el colocar al mundo musulmán como sospechoso de terrorismo internacional- derivó en un mundo más inseguro, más allá de que se mire la realidad con el ojo derecho o el izquierdo. ¿Por qué pasa lo que sucede?, es la pregunta madre de la obra.

A los 74 años, este lingüista y pensador nacido en Filadelfia, sigue siendo un agitador necesario en tiempos de una propaganda perversa y progresiva, una política exterior estadounidense militarizada y unilateralista y un mundo que se transformó en un lugar inseguro por miedo a un ataque terrorista.

El último libro de Chomsky es fruto del documental "Power & Terror: Noam Chomsky in our times", dirigido por el estadounidense afincado en Japón John Junkerman y el nipón Takei Masakazu, que se estrenara en Estados Unidos hace un año. Es a través de entrevistas y conferencias que, en 152 páginas, este activista político hace un análisis de los acontecimientos mundiales y de la política exterior estadounidense después de los atentados del 11 de septiembre del 2001. Más allá de la buena administración de las palabras, Chomsky toma como recurso el análisis de la política exterior estadounidense después de la Segunda Guerra Mundial, de la que saliera luciendo el título de nación más poderosa del mundo, para concluir en que el uso de la violencia contra civiles es terrorismo, independientemente de sí los ataques son de grupos radicales musulmanes o de países construidos sobre preceptos democráticos. "Si lo hacemos nosotros: es contraterrorismo, guerra justa. Lo hacen ellos: es terrorismo", explica.

"Es una cuestión de sensatez. Se trata de que no podemos alegar el terrorismo de los débiles sin enfrentar también el innombrable pero mucho más desproporcionado terrorismo de los poderosos contra los débiles. Si a uno le da igual que haya futuros ataques terroristas (...) pues está bien, no prestemos atención a las razones. Pero si uno está interesado en evitarlos, no hay más remedio que buscar esas razones. Y es lo contrario de hacer apología del terrorismo", sostiene Chomsky, muchas veces acusado de apologista del terrorismo simplemente por ir en contra de la versión oficial propalada por la administración de halcones estadounidenses.


¿Por que vivo aqui?
En "Poder y terror", Chomsky sostiene que el origen de la violencia estadounidense está en la misma fundación de Estados Unidos. "¿Por qué vivo aquí?", se cuestiona este profesor de lingüística y filosofía del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). "Porque unos cuantos fanáticos fundamentalistas religiosos de Inglaterra vinieron a estas tierras y comenzaron a exterminar a la población indígena. Luego los siguieron muchos otros y exterminaron al resto de la población indígena. Y no fue cosa de poca monta, fueron millones de personas".

Esta obra deja el sabor de que la máxima potencia planetaria, valiéndose de su devoción por la democracia, tiende a "poner en su lugar" todo aquello que perjudica o no beneficia a sus intereses. Y así presiona y modifica. Para explicar, Chomsky marca la correlación entre la ayuda militar que Washington brinda, las violaciones de derechos humanos y los vetos en el Consejo de Seguridad. Entre los más favorecidos están Israel, la economía más ayudada por EEUU junto a Egipto, Colombia y Turquía.

Al hablar de la ayuda al Estado hebreo dice: "Sí 50 mil personas -es la cifra estimada- son torturadas, es a costa de los contribuyentes de Estados Unidos. Cuando invaden Líbano y matan a 20 mil personas, EEUU no sólo proporciona los medios sino que veta resoluciones del Consejo de Seguridad que intentan detener la invasión".

Sobre Turquía develará que la lucha antiterrorista contra la población kurda se llevó a cabo con "armas estadounidenses en un 80 por ciento". También analiza cómo se maneja el destino a través de la presión económica (Haití o Cuba); a punta de fusil (Irak y Afganistán); o utilizando la fumigación indiscriminada (Vietnam, Colombia). Chomsky también da cuenta como "Estados Unidos acabó con la Teología de la Liberación" en Centroamérica.

Sobre Chomsky se dice y se escribe tanto como él trata de fundamentar sus pensamientos. Alguna vez el diario británico The Guardian expresó sobre su obra: "Junto con la Biblia y la obra de Marx y Shakespeare, la de Chomsky es una de las más citadas entre los humanistas. Y es el único de esos autores que todavía vive". Desde la otra vereda se dice sobre este exponente de la Nueva Izquierda estadounidense de los 60 que "si Pol Pot (líder camboyano responsable del genocidio de dos millones de personas entre 1975 y 1979) hubiera sido apresado y juzgado por un tribunal occidental, la defensa podría haber utilizado los escritos de Chomsky como parte de sus argumentos. O, si le sucediera algo similar a Osama Bin Laden, las justificaciones morales del libro más reciente del profesor -refiriéndose a "11 de septiembre"- podrían emplearse para pedir un atenuante de la condena".

Agil y dinámico, para leer "Poder y terror" basta con estar informado por el noticiero de mediodía. Y para analizar la hipocresía muchas veces utilizada para justificar tanto las operaciones militares como el trato a las víctimas ajenas, Chomsky se vale del libro de citas predilecto de Bush, y parafrasea: "En los evangelios hay una famosa definición de hipócrita. Hipócrita es quien se niega a aplicarse la misma vara que aplica al prójimo. Según esas reglas, todo comentario y toda discusión de la llamada guerra contra el terrorismo es hipocresía pura, casi sin excepción".

El muñeco del presidente de EEUU con un misil.