| sábado, 29 de noviembre de 2003 | Charlas en el Café del Bajo -Algunas actitudes antisemitas que se están produciendo en el mundo e incluso en nuestro país no dejan de ser preocupantes, Inocencio. Es más, uno debe comenzar a ver con inquietud ciertas medidas de gobiernos o proyectos que no dejan de recordarnos las viejas prácticas que ponían en acción los nazis. Si bien es cierto que estas medidas son disimuladas y a veces la resultante de ellas podría no haber sido la prevista al implementarlas, no puede dejar de advertirse la peligrosidad de dejar plataformas de lanzamientos para que en el futuro algunos inescrupulosos avancen en proyectos terribles.
-Lamentablemente tiene razón, Candi. La avanzada antisemita en Europa, por ejemplo, no deja de alarmar y la aparición de organizaciones neonazis tampoco. Pero voy a leer una carta que me envió una organización judía a propósito de las desgraciadas expresiones que tuvo la Federación Universitaria de Buenos Aires (Fuba).
-¿No me diga?
-Si señor. Escuche: "El día miércoles 10 de septiembre de 2003 sesionó el plenario abierto del centro de estudiantes convocado por la Fuba. Según la Fuba, aquél no se reunía desde hacía 40 años. A pesar de los acuciantes problemas de la universidad pública argentina, se decidió invertir tiempo en temas de orden internacional. ¿Acaso se refirieron a las persecuciones ideológicas que acontecen en los 21 estados árabes? ¿A las ejecuciones sumarias en China? ¿Quizás al hambre que padece Africa? No, de ninguna manera. La Federación, compuesta por más de 70 delegados pertenecientes a doce de los trece centros de estudiantes, decidió aprobar la resolución en contra de la única democracia de Medio Oriente. "Denunciamos la invasión anglo-yanqui en Irak, la matanza indiscriminada del pueblo palestino por el ejercito fascista-sionista de Israel. Por eso, apoyamos a los jóvenes iraquíes y palestinos que enfrentan a los ejércitos más asesinos del mundo", dice la entidad. La resolución puede ser leída en el sitio que la Fuba mantiene en Internet. Puede leerse el programa político de la misma realizado en septiembre de 2002: "Apoyo al pueblo palestino y la Intifada. Abajo el estado sionista de Israel". Estas declaraciones que incitan a la violencia deben cesar de inmediato. Llamamos a todos los hombres amantes de la ley y la democracia a pronunciarse de manera terminante por la abolición de los párrafos mencionados. Ninguna expresión o corriente política justifica el llamamiento a la destrucción de una nación o la aprobación del terrorismo.
-Claro, aquí la alusión de la entidad hebraica de Buenos Aires es clara y razonable: dice "ninguna expresión o corriente política justifica el llamamiento a la destrucción de una nación o la aprobación del terrorismo". ¿Cómo interpreto yo esto? Pues que es obvio que ciertas corrientes progresistas y estudiantiles apoyan al movimiento palestino, lo que no me parece mal y no entro a discutir sobre la legitimidad o no de asentar un estado palestino en territorios que, en mi opinión, le pertenecen por derecho a Israel. Hay que leer un poco de historia antigua y enterarse de como sucesivos imperios despojaron a los judíos de sus tierras y para nombrar al último, Inglaterra, que decidió el destino de territorios que no le pertenecían. ¿Qué diríamos los argentinos si mañana Inglaterra decidiera ceder las Malvinas a Chile? Pero no ingreso a considerar esto. El discurso de ciertas corrientes ideológicas es ambiguo porque mientras ayer cuestionaban a los regímenes nazi-fascistas por los crímenes de lesa humanidad que protagonizaron, hoy tratan de fascistas a las mismas víctimas. ¿Es esto raro? No, porque ciertas personas y ciertos pensamientos ajustan sus posturas a las circunstancias. Parece que no se han enterado que hay terroristas palestinos que han masacrado a niños, mujeres, ancianos judíos y si se enteraron y callan o miran hacia otro lado por razones ideológicas ¿Cómo podría calificárselos?
-Dejemos que cada uno reflexione y los califique como desee.
-Esto no implica convalidar las acciones que el ejército israelí pueda emprender sobre palestinos inocentes, porque como ya lo hemos dicho alguna vez el problema en Medio Oriente es la violencia fundamentalista. Sin embargo, debe entenderse que el mundo parece aceptar y querer la instauración de una nación sobre tierras de otra nación, porque la tierra que el Dios de Israel le cedió a su pueblo no puede corresponderle sino a ese pueblo. El mundo debería buscar la manera de consensuar y lograr el asentamiento de un estado palestino, sí, pero sin avasallar vidas, derechos, costumbres, tradiciones y territorios.
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