| miércoles, 19 de noviembre de 2003 | Italia despidió conmocionada a los 19 muertos en un atentado suicida en Irak Cerca de un millón de personas asistieron a las exequias de Estado. El país se paralizó en señal de duelo Roma. - Italia se paralizó ayer desde los Alpes hasta Sicilia para despedir a sus 19 soldados muertos en un atentado en Nassiriya (Irak), el miércoles pasado, en el que fue el peor desastre militar sufrido por el país desde la Segunda Guerra Mundial. Toda Roma observó un minuto silencio al inicio de la ceremonia solemne con la que las autoridades nacionales quisieron rendir homenaje a las víctimas del atentado. El Coliseo romano, apagó sus luces para resaltar con su oscuridad la tristeza del ambiente.
En la monumental basílica de San Pablo Extra Muros, una de las más grandes de Roma, colmada de coronas de flores y de gente, cerca de cuatro mil personas recibieron con cantos fúnebres la entrada de los féretros de los 19 italianos, cada uno cubierto por la bandera nacional. Al exterior, en la plaza que rodea la basílica, uns 50.000 mil personas, seguían frente a pantallas gigantes la misa, presidida por el cardenal Camillo Ruini y 22 purpurados y obispos, en representación de las regiones más afectadas por el atentado, entre ellas Sicilia, que perdió a seis militares. Durante la ceremonia previa, en el Altar de la Patria, se estima que cerca de un millón de italianos concurrió a despedir a los caídos.
La mayoría de los 20 italianos heridos en Nassiriya asistieron también al funeral. Algunos con vendas y por lo menos uno, con muletas. "No vamos a huir ante el terrorismo, lo combatiremos con el coraje, la energía y la determinación que somos capaces de manifestar. Pero tampoco vamos a odiar, tenemos que hacer entender que el compromiso de Italia, aún el militar, es a favor de la convivencia, dando espacio y dignidad a cada pueblo, cultura y civilización", aseguró el cardenal Ruini en su homilía.
Las más altas autoridades civiles y militares, desde el presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, hasta el primer ministro Silvio Berlusconi, el viceprimer ministro, Gianfranco Fini y los presidentes del Senado y la Cámara de Representantes, Marcello Pera y Pierferdinando Casini asistieron a la ceremonia, marcada por la sobriedad.
Berlusconi y otros dirigentes cedieron sus asientos destacados en la iglesia para los familiares de los muertos y la mayoría de los políticos se sentaron en los bancos ordinarios del templo. Los familiares y amigos de las víctimas aparecían cansados y desconsolados, algunos lloraban afligidos y unos pocos llegaron a gritar por el dolor de la pérdida culpando a Berlusconi.
La radio, la televisión y todos los medios de comunicación interrumpieron sus transmisiones por un minuto como señal de duelo, mientras los comercios cerraron sus puertas y en los colegios se respetaba un minuto de silencio en honor de los llamados "héroes" de Nassiriya. Algunas de las lecturas de la misa fueron leídas por carabineros y colegas de los caídos en Irak, entre ellos la mujer carabinero que resultó herida en el atentado.
Representantes de la oposición, que en numerosas ocasiones han criticado el envío de militares a Irak, presentes en la misa, no hicieron declaraciones ante la jornada nacional de duelo. La mayoría de italianos se opuso a la invasión militar de Irak encabezada por EEUU y tenía sentimientos encontrados ante el subsiguiente despliegue de unos 2.700 soldados en ese país del Golfo.
Sin embargo, el atentado suicida contra un cuartel de carabineros en la ciudad de Nassiriya ha unido a la nación en el duelo y el premier Berlusconi aseguró que el contingente italiano seguirá en Irak. Al término de la ceremonia, la muchedumbre aplaudía acongojada la salida de los féretros, cargados por miembros de los diferentes cuerpos del ejército en uniforme de gala. (AFP y Reuters) enviar nota por e-mail | | Fotos | | La esposa de un carabinero muerto en Nassiriya. | | |