| domingo, 09 de noviembre de 2003 | Mora y Araujo: "La gente se equivocó" Para el autor del boca de urna que dio ganador a Binner, hay santafesinos que votaron una boleta diferente a la deseada Daniel Leñini / La Capital El encuestador Manuel Mora y Araujo, cuyo boca de urna hizo errar el 7 de septiembre pasado al socialismo, al anunciar por televisión que había ganado en Santa Fe, aseguró que la que se equivocó fue mucha gente que terminó votando una boleta diferente a la que deseaba.
"La verdad es que analizamos mucho el tema y aún no está claro. Primero que nada: creemos que hicimos todo bien, técnicamente hablando, en el muestreo para el boca de urna", explicó Mora y Araujo a La Capital.
En esa línea, avanzó: "Entendemos que, en realidad, mucha gente se equivocó al votar y reportó mal el sufragio; que, a lo mejor, quería votar a Carlos Reutemann y a Hermes Binner, y terminó haciéndolo por Alberto Hammerly o de otra manera. No pudieron materializar el voto que estaban buscando".
Mora y Araujo dejó a los socialistas, y a su propia consultora, al borde del papelón el día de la elección. Y los llevó hasta la Justicia. Es que, casi una hora después del cierre de mesas, hizo conocer un boca de urna, según el cual, Binner había ganado por una diferencia de cuatro puntos la Gobernación.
El comando socialista tomó el estudio y lo difundió por televisión y radios, adjudicándose el triunfo parcial. Terminaron perdiendo por cinco puntos (43 a 38) frente al justicialismo, que consagró a Jorge Obeid.
"La ley de lemas es tan confusa, y más con el corte de boletas, que de por sí resulta extraordinario que tantas personas voten como quieren votar. Pero otros se confunden, razón que explica, y para nosotros es la más convincente, porqué la gente declaró una cosa distinta de la que hizo en el cuarto oscuro", precisó Mora y Araujo.
"No había ninguna razón para el voto vergonzante, y no parece que la muestra tuviera sesgos. La controlamos mucho y creemos que estaba bien. Hammerly tuvo muchos más sufragios de lo que aparecía en el boca de urna. Por eso yo creo que mucha gente lo votó sin estar segura de que lo estaba eligiendo. Porque votó mal", continuó el encuestador.
También hizo autocrítica cuando se le recordó que en los últimos sondeos antes de los comicios incurrió, como otros colegas, en un error al seguir dejando a Hammerly en el 5 por ciento, ya que en los pueblos (hay 200 intendentes peronistas, la mayoría reutemista), a diferencia de las grandes ciudades, al voto lo traccionan los referentes locales.
"Es un dato importante y, de hecho, pudo provocar errores en las encuestas dado que éstas, por razones de costo, se hacen en las ciudades más pobladas. Lo confieso, es así", se sinceró Mora y Araujo.
A la hora del medir el pulso de los argentinos, el consultor reconoció que "sigue habiendo un shock de optimismo, de confianza", nacido el 25 de mayo con la asunción del presidente Néstor Kirchner.
"Si bien la ilusión irá moderándose en función de un componente más realista de la población, el escenario para el 2004 es bueno. Lo emocional incidió sobre el consumo, que aumentó. Aunque los inversores, como siempre, siguen siendo los más cautelosos: piden más hechos y datos antes de tomar decisión", evaluó.
Luego destacó que Kirchner se encuentra "en el pico más alto", con una imagen positiva muy fuerte. "Después hay algunas figuras como el vice Daniel Scioli y el ministro de Economía, Roberto Lavagna, quienes están bien", enumeró el encuestador.
La lista incluyó a Elisa Carrió, líder del ARI, "quien es un caso aparte: cuando hay elecciones, baja su imagen; y cuando no, sube, al revés de Ricardo López Murphy (Recrear), quien mejora cuando hay lucha".
"Carrió es un pez en el agua en los medios. Pero la gente no la ve como un cuadro de gobierno. López Murphy es al revés: se lo visualiza formado, preparado y pragmático para resolver los problemas", fundamentó Mora y Araujo.
Al posar la lupa sobre el gobernador Carlos Reutemann, señaló que el Lole "sigue muy fuerte", e hizo hincapié en que, "si bien la inundación (en la capital provincial) lo desgastó un poco, las elecciones lo levantaron".
"Continúa donde estaba antes. El tema es que, hace un año, era el número uno ya que los demás andaban por el piso. Ahora lo pasaron. Pero es el estilo de Reutemann: nadie sabe nunca dónde va a estar, qué propone o qué dice. Pero inspira confianza", concluyó.
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