| domingo, 09 de noviembre de 2003 | Los prácticos llevan a cabo un trabajo indispensable Los prácticos son los responsables locales de a bordo y conocen como la palma de su mano determinados sitios por donde los barcos deben pasar, en este caso el río Paraná. Por lo general, el capitán de la embarcación suele ser extranjero (y no habla castellano). Si bien domina el navío que comanda, no maneja el ámbito geográfico, sus vueltas y los lugares por donde transitar. Por eso, el práctico actúa como asesor fundamental y va informando a qué velocidad y qué recorridos hacer, anticipándose a ciertos obstáculos. No obstante, el capitán natural mantiene la conducción general.
Según indica el reglamento oficial, "los servicios de practicaje y pilotaje para los ríos, puertos, pasos y canales de la República Argentina" son las tareas que debe realizar el "personal habilitado" para ayudar al capitán de navegación en las zonas declaradas de asesoramiento "obligatorio o facultativo".
A partir de estas disposiciones, aquellas tareas que se llevan a cabo en puerto se denominan "practicaje" y las de navegación en ríos, pasos y canales son llamadas "pilotaje".
La edad límite de los prácticos es de 70 años cumplidos. Para mantener vigente su habilitación, no deben interrumpir su actividad "por períodos mayores a los 120 días corridos".
Luis Lons es uno de los prácticos que pertenece a la empresa Maripuer y navegó con este diario. El especialista evidencia un amplio conocimiento del Paraná. Sabe pelos y señales de la batimetría (profundidad) del río y se da cuenta con sólo mirarlo. "La coloración, la densidad y la textura del agua son muy importantes para manejarse", explica. Es que sólo un especialista puede animarse a timonear un gigante por allí. El Paraná es tan sorprendente que se puede estar a cien metros del fondo y de repente a cinco. Cuestión de expertos. enviar nota por e-mail | | |