| domingo, 26 de octubre de 2003 | Chepes, una muestra de los efectos del clima extremo Es uno de los lugares más golpeados. El deterioro ambiental deja profundas huellas en la economía zonal La localidad de Chepes está a unos 30 kilómetros al sur de la capital riojana. Unos 40 chacareros pelean una lucha desigual para mantener los pocos animales que todavía conservan y de los que dependen para sobrevivir. Fernando Flores, un productor de la zona y secretario de la Sociedad Rural chepeña explicó que la sequía es uno de los factores que provocan gran presión en el sistema agropecuario, pero no es el único.
Flores explicó al diario Nueva Rioja que "hay un grave deterioro ambiental y no sólo porque no llueve. La flora autóctona ha ido desapareciendo" por las explotaciones de carbón, leña y el sobrepastoreo de los campos".
Flores está convencido de que la mayor causa de la crisis agropecuaria es "la presión constante del hombre sobre los recursos. Es un círculo vicioso: a mayor pobreza, más degradación del monte natural y otra vez más pobreza".
En Las Jarillas, la realidad aprieta sin asco. Jesús Flores transita al paso de su mula el camino de ripio hacia Chepes arreando un puñado de vacas y terneros. Los animales muestran en carne propia los estragos de la sequía: costillas marcadas y caderas que sobresalen son los signos de la falta de pasto.
Otro pequeño productor ganadero, Pablo Quevedo, indicó que tiene "un poco de agua para 10 o 15 días para 40 productores y 1.100 animales" de la zona.
Quevedo se queja de la especulación de muchos compradores de ganado que vienen de otras provincias a aprovecharse de la situación. "Están vendiendo vacas a 80 y 100 pesos", dice (el precio, por un animal de 400 kilos es de unos 350 pesos como mínimo). "Así uno vende 10 vacas y va a poder comprar 2".
En las Jarillas, cuando las cisternas que recogen el agua de las lluvias se secan, las personas deben tomar agua de las mismas represas donde abrevan los animales. Sólo algunos le ponen algo de lavandina.
En los últimos días, la Municipalidad de Rosario Vera Peñaloza está haciendo un promedio de cinco viajes por jornada para llevar agua a los vecinos, pero no alcanza para los animales. enviar nota por e-mail | | |