| domingo, 26 de octubre de 2003 | Mercados La plaza accionaria sigue derrochando optimismo Salvador Di Stéfano Los mercados accionarios siguieron en suba, el dólar muy tranquilo y la tasa baja, mientras que los bonos deambulan por un sendero sin rumbo cierto. Este mix, difícil de entender desde los fundamentos, muestra claramente que el comportamiento de los activos financieros en argentina no responden a la lógica económica sino a la realidad de una economía que carece de opciones de inversión financiera.
En cualquier lugar del mundo los mercados tienen un ciclo muy parecido y lógico. Cuando un país comienza a mostrar números fiscales positivos los agentes económicos salen a demandar los bonos de ese país, sube la paridad, baja la tasa de retorno y la medición del riesgo país -que es la diferencia de tasa entre el bono de Tesorería americano y el bono local- disminuye y hay mejores expectativas.
Para ponerlo más claro, cuando un país muestra números fiscales positivos implica que no saldrá a buscar dinero al mercado, es más, está en condiciones de pagar su deuda por ende, los bonos soberanos se revalorizan y cae su rendimiento.
Cuando esto sucede, los inversores dejan de financiar al Estado que pasa a pagar una tasa baja y cancela deuda para financiar al sector privado. En ese momento se reactivan proyectos de inversión, las empresas comienzan a producir, toman personal y aparece el crecimiento económico. De esta forma muchos agentes prefieren comprar acciones y no bonos.
Más tarde o más temprano el Estado se relaja en sus controles y en un escenario de bonanza gasta más de lo que ingresa y sale a buscar dinero en el mercado. Allí se corta el flujo de fondos al sector privado y vemos cómo primero comienzan a caer los bonos y luego las acciones.
Como se nota, el ciclo de un mercado alcista es el siguiente: el gobierno tiene superávit presupuestario y comienzan a subir los bonos, esto hace que baje el riesgo país, ingresa dinero para invertir en proyectos más riesgosos que un bono soberano y suben las acciones del panel líder, luego se consolida el escenario de crecimiento económico y suben las acciones del panel general, hasta tanto estos papeles se revalúen a precios fantasmagóricos o bien el Estado deje de mostrar superávit fiscal y comiencen a retroceder los bonos y por ende, esto arrastra a las acciones.
La Argentina tiene superávit fiscal pero sólo para pagar la deuda de los organismos financieros internacionales y la deuda emitida desde el 1º de enero de 2002 a la fecha. El resto de la deuda pública está en default y el riesgo país se ubica en los 5.400 puntos y nada hace pensar que descienda.
Los bancos pagan una baja tasa de interés por estar carentes de negocios, o estar atrapados en negocios chinos como son los bonos soberanos o los préstamos garantizados que le adquirieron al gobierno.
Como no hay seguridad jurídica nadie arriesga a realizar nuevas inversiones, con lo cual las ganancias empresariales resultan muy predecibles, se trabaja con el stock de capital actual y sólo se reinvierte lo mínimo necesario para dejar la empresa en marcha hasta que soplen aires nuevos.
El país es soja dependiente, y como el precio de este producto anda por las nubes la coyuntura económica Argentina es favorable. Si mañana el precio de la soja baja, esta coyuntura cambia automáticamente. Por ende, se necesita invertir en un mercado que sea de fácil acceso, con alta liquidez, que sea volátil y que la salida pueda realizarse rápidamente. El único mercado con esta características es la Bolsa y hacia allí se dirigen los capitales que buscan una diferencia de precio importante en una coyuntura difícil de transitar.
El Merval está llamado a superar los 1.000 puntos a corto plazo, no se quede afuera. El dólar seguirá estable, el Banco Central (BCRA) compró 340 millones de dólares en lo que va del mes, el mercado es vendedor y el piso podría ser 2,80 aunque no habría que sorprenderse sí en noviembre está por debajo de 2,80.
La tasa de interés de los bancos sigue muy baja. Por esta razón, para qué pagar más por un dinero que no se vende. Los bonos en el olvido. El Boden se cae porque ya no hay incentivo para la compra de autos, el resto de los títulos están en default y en el mejor escenario se pagaran en el 2006. La Bolsa sigue para arriba.
Si desea comprar una acción a su madre, compre Tenaris empresa internacional que paga dividendos en dólares, de bajo endeudamiento y buenas perspectivas. Si es para su esposa, Petrobras energía, ligada al negocio petrolero, muy solvente y atrasada en el panel líder. Si es para su suegro, arriesgue un poquito compre Acindar subió mucho pero es muy volátil y tiene rienda, hay que quedar bien. Si, en cambio, es para su hermano menor, Comercial del Plata, reestructuró la deuda y parece que lo peor ya pasó, es riesgosa, pero si sale ganará mucho dinero, y para usted cómprese Galicia, Telecom, Transportadora Gas del Sur y Cresud, bien diversificado y esperando que el Merval pase los 1.000 puntos. enviar nota por e-mail | | |