Reclaman la restricción de la venta de alcohol

Padres Autoconvocados del departamento San Martín piden que Diputados apruebe "la ley seca"

Luis Emilio Blanco / La Capital

El Trébol. - El Grupo de Padres Autoconvocados del departamento San Martín elevó a la Cámara de Diputados de la provincia un pedido expreso para apoyar la aprobación del proyecto de ley presentado por el senador Carlos Fascendini, relacionado con la restricción de venta de bebidas alcohólicas. La iniciativa, que obtuvo media sanción el en Senado y pasó a la Cámara baja, prohíbe el expendio de bebidas alcohólicas desde las 22 hasta las 8.

"Este proyecto recibió serias críticas de aparentes especialistas, quienes declararon que la medida es inconstitucional, absurda y tildaron a sus creadores como nazis o comunistas", sostuvo Gabriel Zapata, coordinador de los Padres Autoconvocados, y agregó: "Nosotros no somos abogados penalistas, ni criminólogos, ni comerciantes del rubro, pero estamos convencidos de que deben existir normas que controlen de algún modo esta carrera desenfrenada por el consumo de alcohol y otras sustancias", se defendió.

La entidad viene trabajando con éxito desde hace cuatro años con los controles de alcoholemia en rutas y dentro de algunas localidades. "Creemos profundamente en la necesidad de contar con este tipo de normativa que colaboran con el control de este tipo de flagelo", indicó Zapata.

En la defensa al proyecto de Fascendini, los padres se preguntan si "quienes se oponen a la sanción de esta ley son padres y conocen la realidad que se presenta a diario en nuestras ciudades". Indagan además si los antagonistas a la norma "tienen conocimiento de que la Argentina tiene la tasa más alta de accidentes automovilísticos y que gran parte de éstos se producen por el alto consumo de alcohol de parte de conductores". También aseguraron que "la alta ingesta de alcohol induce al consumo de otras sustancias nocivas".

Para los guardianes de las rutas, que permanentemente recuerdan que su trabajo apunta a generar conciencia más allá de los controles camineros, "es más fácil decir que la ley no garantiza que vayan a disminuir los niveles de violencia en la sociedad o que el mercado seguirá vendiendo a pesar de la prohibición, en lugar de tratar de cambiar costumbres y modalidades que tanto perjudican a nuestros hijos".

Los padre no quieren más accidentes.