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 sábado, 25 de octubre de 2003

Desde Alemania le responden a Coca

En la edición del 18 de octubre pasado el señor Marocco describe las "peripecias" de la señora Coca en la sala de urgencias en un hospital de Barcelona. Comparto su enojo con algunos pasajes del artículo (la espera, las condiciones de la sala de urgencias, el aire enrarecido) problemas que en su mayoría pueden solucionarse sin mayores costos con solamente un poco de organización (abrir una ventana) y algo de esfuerzo físico (traer algunas sillas más). Con esas simples medidas la señora Coca hubiese salido de esa clínica con una mejor impresión. La medicina "pública" en Europa es de las más avanzadas, mejor estructuradas y al alcance de todos. El seguro nacional de salud no es gratuito sino que se mantiene con los aportes de la población laboral activa (desde el presidente de la empresa hasta los aprendices aportan al seguro de salud para ellos y sus familias), por eso las deducciones sobre el estado neoliberal no se aplican en este caso ya que el nivel del "estado de bienestar" lo da la suma de los aportes individuales y no la plata que pueda o no destinar el gobierno. El principio es el de solidaridad, "mi aporte cubre el tratamiento de otro" y los fondos estatales son destinados a investigación y desarrollo. Sin embargo los tiempos han cambiado porque la población envejece (promedio superior a los 75 años de sobrevida) mientras la tasa de natalidad cae, los costos de la medicina moderna son mucho más altos que años atrás y los pensionados que gozan de su merecida jubilación no necesitan hacer más aportes. Nos encontramos en un círculo de autoeliminación en el cual cada vez son menos los que aportan y más los que usan el sistema. Que la señora Coca no se deje llevar por falsas impresiones porque las salas de emergencias son parecidas en todos lados. Los pacientes están ansiosos e inseguros porque no saben qué es lo que tienen y ni hablar del tratamiento. Ese estado anímico es comprensible, pero detrás de esas puertas que dicen "prohibido el paso para personal no autorizado" el hospital está en condiciones de tratar cualquier enfermedad que padezca (desde una gripe hasta una cirugía de alta complejidad) con los métodos de diagnóstico y las medicinas más modernas sin tener que pagar un peso de su bolsillo ni tener que acudir a una clínica privada para ser tratada adecuadamente (a no ser que requiera cirugía estética). Yo trabajo en ese sistema desde hace más de 20 años y escucho a diario de mis colegas que "la medicina ha cambiado..." y pienso que tiene que seguir cambiando porque es una profesión "condenada" a progresar siempre en beneficio de nuestros pacientes. Pero el avance tiene un costo elevado, ese es el problema que enfrentamos en la medicina moderna y que debemos resolver para el bienestar de toda la sociedad. Se puede o no estar de acuerdo con detalles del sistema actual, pero que la señora Coca esté tranquila que se puede enfermar y va a ser tratada sin costo alguno porque para eso aporta o aportó a un seguro que le garantiza su atención. PD: Espero que su tobillo se haya mejorado.

Daniel Rosenthal, neurocirujano, Frankfurt, Alemania



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