| miércoles, 22 de octubre de 2003 | Editorial Remates y vivienda única La solidaridad es uno de los pilares esenciales sobre los que se asienta una comunidad. Los pueblos muestran su naturaleza, sus íntimos convencimientos, cuando deben acudir en ayuda de sus semejantes sin esperar nada a cambio. En la Argentina, debido a la crisis económica y, más recientemente, por las devastadoras inundaciones de Santa Fe, la sensibilidad de su gente ha quedado demostrada con creces.
También hay requerimientos cotidianos de solidaridad colectiva. Una situación que se ha hecho frecuente ante la amenaza de remates de vivienda única. Hace pocas horas, una mujer de Capitán Bermúdez aportó desinteresadamente tres mil pesos para que dos jubilados lograran recomprar su casa en un remate.
Se repiten gestos conmovedores y de alto contenido humano. Sin embargo, debido a la magnitud de esta problemática se hace imprescindible la aplicación de políticas de Estado. No bastan las decisiones personales. Ni siquiera las de muchas personas sensibilizadas por estos casos. Sirven, y mucho, para superar momentos puntuales y dramáticos, pero difícilmente puedan mantenerse todo el tiempo y en los miles de casos aún pendientes de resolución. Por eso urge que el Poder Ejecutivo decida qué hacer con esta cuestión y envíe el proyecto de ley al Congreso de la Nación.
El gobierno impulsaría una serie de medidas tendientes a favorecer que los deudores puedan cumplir con sus compromisos y conservar sus viviendas. Se anticipa, por ejemplo, que se contemplaría un año de gracia antes de comenzar a pagar la deuda atrasada para aquellos que hayan entrado en mora entre el 1º de enero de 2002 y el 1º de septiembre de 2003. Hay otras condiciones que estarían contenidas en la iniciativa, como que el monto de la deuda original no supere los 100 mil pesos.
Cuando finalmente el proyecto ingrese, el Parlamento deberá debatir si se ajusta a las necesidades de morosos y no lesiona los derechos de los acreedores. Para llegar a una ley equitativa, seguramente se atenderá la opinión de las partes involucradas.
Los argentinos dan muestras diarias de su solidaridad, pero hay cuestiones que deben resolverse en otros ámbitos y tener una salida definitiva. Y no hay tiempo que perder. enviar nota por e-mail | | |