Año CXXXVI Nº 48184
La Ciudad
Política
Economía
La Región
Información Gral
El Mundo
Opinión
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación
Salud
Autos
Escenario


suplementos
ediciones anteriores
Turismo 19/10
Mujer 19/10
Economía 19/10
Señales 19/10
Educación 18/10
Campo 18/10


contacto

servicios

Institucional

 miércoles, 22 de octubre de 2003

Charlas en el Café del Bajo

-Claudia Alejandra Zárate, le diré algo: hoy es un día fantástico. ¿Sabe, Inocencio? Realmente me siento feliz.

-Sí, se lo ve feliz, satisfecho. ¿Ganó en la quiniela? ¿Cobró una herencia? ¿O sucedió en la provincia algo de lo que no me enteré como que la EPE decidió bajar el costo del servicio y a la vez mejorarlo? ¿O la Afip Rosario compadecida determinó terminar con las inspecciones absurdas a comercios en quebranto? ¿O acaso los concejales, diputados, senadores, funcionarios, decidieron bajarse los sueldos o recortar los gastos superfluos? ¿O el señor intendente inició una campaña de transformación de la ciudad tapando baches, iluminándola y limpiándola un poco más? ¿De qué no me enteré? ¿Acaso los ricos y poderosos decidieron unirse y formar una entidad solidaria de ayuda?

-La verdad, Inocencio, es que sucedió algo más hermoso aún que me hizo sentir muy bien y creo que levantó el ánimo de toda esa gente que a veces está apesadumbrada por tanta injusticia, por tanta vida dificultosa. Esa gente que con frecuencia se pregunta: ¿y los buenos, dónde están?

-Eso mismo me pregunto yo: ¿dónde están?

-Están en muchas partes, sólo que aún les falta aparecer con más ímpetu, atreverse, tomar coraje, decidirse y ser protagonistas, co-creadores de un mundo mejor. Y además, para ser justos, Inocencio, con frecuencia actúan intensamente, pero de manera inadvertida. Aun así, le hace bien a esta sociedad cansada, agobiada, que de vez en cuando salga a la superficie un gesto de amor, de solidaridad para que los mártires que han sido arrojados a la arena de este circo observen esperanzados que no sólo existen emperadores déspotas, egoístas, indiferentes, inescrupulosos, insensibles, que parecen disfrutar con la paz del alma derramada, sino que también hay reyes buenos, compasivos, respetuosos, amorosos, reyes pescadores, reyes por cuyas venas corre la "gran sangre real".

-¿Qué es un rey pescador, Candi?

-Es un rey que pesca hombres, que los rescata y que los salva. Estos reyes descienden y son del linaje de aquél que le dijo a Pedro: "Yo te haré pescador de hombres". Y de aquel que dijo durante el Exodo: "Si tomas la ropa de tu prójimo como objeto de prenda hasta la puesta de sol se la devolverás. Porque esa es su única vestimenta, es su ropa para su piel. ¿Con qué se acostará? Y será que si clamare ante mí, escucharé, porque yo soy compasivo".

-¿Y por qué está feliz?

-Porque como otros rosarinos y santafesinos ayer descubrí a varias de esos seres de linaje real: el señor vecino del matrimonio que estuvo a punto de perder la casa en un remate, vecino que aportó lo que pudo para que esta parejita no perdiera su techo, la gente de Amsafé y naturalmente esta mamá de Capitán Bermúdez, Claudia Alejandra Zárate, cuyo aporte fue determinante para impedir la tragedia. A ellos, estas palabras.

-Lo escucho.

-Este gesto ha sido doblemente maravilloso. Doblemente porque cumplió dos propósitos igualmente importantes: el primero salvar la casa de esta maestra y de su esposo con toda la dicha que de ello deviene y el segundo salvar la casa espiritual de mucha gente. Gente que también es pescadora, pero que soporta la persecución de otros reyes (esos comunes a todos y nombrados al comienzo de la charla y esos otros que merodean alrededor y que cada uno conoce). Es esta gente de buena voluntad, pero agobiada por la persecución cotidiana, que se pregunta al filo del abismo, a punto de caer: ¿pero para qué sirve ser bueno? Pues, estos reyes pescadores que ayer se mostraron a la sociedad vinieron a darnos la respuesta: Ser bueno, amar, no sólo sirve, sino que es necesario. Sirvió para que este matrimonio salvara su casa, recuperara la paz interior. Fue necesario para que aquellos por cuyas venas corre la "sangre real", pero que están decepcionados y cansados tomen fuerzas. Fuerzas para salir a rescatar de este mar embravecido que es la vida a aquellos que están a punto de ahogarse. Fue necesario para no permitir que estos reyes de las tinieblas logren el propósito. Y el propósito de estos insensatos monarcas es que la respuesta a aquel interrogante: ¿para qué sirve ser bueno? sea "Para nada". Claudia: usted tiene razón al decir que los políticos y poderosos (salvo excepciones) no se ocupan, pero bueno, afortunadamente hay reinas y reyes como usted, como ese vecino, como la gente de Amsafé. ¡No se cansen de pescar por favor!

Candi II

[email protected]

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados